Puedo
reparar una relación perdonando a alguien como DIOS me perdona a mí.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
CENIZAS
El Aposento
Alto
**Leer
Génesis 33:1-10 (RVC)
GÉNESIS 33:10
“10 Pero Jacob respondió: «(…) El ver tu rostro es como
haber visto el rostro de Dios. Tú me has mostrado tu buena voluntad. “
Por mucho tiempo, mi hermano y yo no nos llevamos
bien. Cuando era niña, lo admiraba y lo seguía a todas partes — pero él no
quería estar conmigo. Parece que le encantaba hacerme llorar o hacía cosas para
enojarme. Incluso de adultos, no podíamos estar en un cuarto juntos sin
discutir. Anhelaba ser su amiga, pero la ira — arraigada en la infancia — me lo
impedía.
Un día, mientras oraba, me di cuenta de que mi
hermano no sabía que el pasado aún me causaba dolor, por lo que debería dejar
de esperar que se disculpara conmigo. De la lectura de la Biblia aprendí que DIOS quería que
perdonara a mi hermano. Pero me pregunté: Sin hacerle sentir mal, ¿cómo
puedo perdonarlo y hacerle saber que lo he perdonado?
Escribí en un papel todas sus
acciones del pasado que aún me daban rabia. Después de leer cada una, me detuve
y le pedí a DIOS que me ayudara a perdonar a mi hermano y que me liberara de la
ira. Entonces, quemé el papel y envié las cenizas a mi hermano. En una nota, le
dije que ya no tenía nada contra él.
Aunque nunca me mencionó la nota, nuestra
relación cambió. Yo también he cambiado. No sucedió de la noche a la mañana,
pero estoy libre de la ira y ahora somos amigos.
OREMOS: DIOS de perdón, gracias por enseñarnos a perdonar
para que podamos ser libres para amarte y amar a los demás.
En el amor de
CRISTO, amén.
Sra. Jane Reid (Oregon, EE.UU.)
**Leer Génesis 33:1-10 (RVC)
RECONCILIACIÓN ENTRE JACOB Y ESAÚ
Jacob
levantó la vista, y vio que Esaú venía acompañado de cuatrocientos hombres.
Entonces repartió a los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas, 2 puso primero a las siervas y sus niños,
luego a Lea y sus niños, y por último a Raquel y a José; 3 luego él se adelantó a ellos, y siete
veces se inclinó hasta el suelo, hasta estar cerca de su hermano. 4 Pero Esaú corrió a su encuentro y,
echándose a su cuello, lo abrazó y lo besó. Y los dos lloraron. 5 Pero al levantar Esaú la vista, y ver a
las mujeres y los niños, preguntó: «¿Y éstos, quiénes son?»
Y
Jacob respondió: «Son los niños que Dios le ha dado a este siervo tuyo.»
6 Llegaron entonces las siervas con sus
niños, y se inclinaron. 7 Luego
llegó Lea con sus niños, y se inclinaron; y tras ellos llegaron José y Raquel,
y también se inclinaron. 8 Esaú
preguntó: «¿Qué te propones hacer con todos estos grupos que me he encontrado?»
Y
Jacob respondió: «He querido ganarme la buena voluntad de mi señor.»
9 Y Esaú dijo: «Yo tengo ya demasiado,
hermano mío. Lo que es tuyo, es tuyo.»
10 Pero Jacob respondió: «¡No, por favor! Si
me he ganado tu buena voluntad, acepta mi presente. El ver tu rostro es como
haber visto el rostro de Dios. Tú me has mostrado tu buena voluntad.
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