viernes, marzo 09, 2018

CORRER HACIA LA FORTALEZA


Solo DIOS puede suplir nuestras necesidades más profundas y satisfacer nuestra alma.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
CORRER HACIA LA FORTALEZA
Nuestro Pan Diario
**Leer 1 Corintios 6:12-20 (DHH)
1 CORINTIOS 6:20 “porque DIOS los ha comprado. Por eso deben honrar a DIOS en el cuerpo.” (DHH)
«¡DEFENSA CUARTA!»
Cuando comencé a practicar esgrima en la escuela secundaria, mi entrenador solía indicar con un grito la posición defensiva correcta frente al movimiento que él hacía. Cuando extendía su arma para la estocada, yo tenía que escuchar y responder de inmediato para contrarrestar el ataque.
Esta atención activa me trae a la mente la obediencia inmediata que exige la Escritura en el tema de la tentación sexual. En 1 Corintios 6:18, Pablo les escribe a los creyentes tentados a buscar prostitutas del templo pagano: «Huyan, pues, de la prostitución». A veces, debemos estar «firmes» en circunstancias desafiantes: Cristo nos dio libertad para que seamos libres. Por lo tanto, manténganse ustedes firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud.” (Gálatas 5:1); Protéjanse con toda la armadura que DIOS les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo.” (Efesios 6:11), pero aquí, la Biblia prácticamente nos grita nuestra mejor defensa: ¡HUYAN!
Actuar de inmediato evita que capitulemos. Los pequeños compromisos pueden terminar en derrotas devastadoras. Un pensamiento licencioso, una mirada en el sitio equivocado de Internet, un coqueteo cuando ya estás casado; todos son pasos que nos llevan adonde no deberíamos ir y nos alejan de DIOS.
Cuando huimos de la tentación, DIOS nos da un lugar hacia donde correr. La sangre de Jesús derramada en la cruz nos ofrece perdón, esperanza y un nuevo comienzo. Cuando acudimos a ÉL en nuestra debilidad, nos libera para vivir con su fortaleza.
OREMOS: SEÑOR, me entrego a Tí en obediencia.
En Tu Santo Nombre, amén.
**Leer 1 Corintios 6:12-20 (DHH)
La libertad no es para que pequemos
Se dice: «Yo soy libre de hacer lo que quiera.» Es cierto, pero no todo conviene. Sí, yo soy libre de hacer lo que quiera, pero no debo dejar que nada me domine. También se dice: «La comida es para el estómago, y el estómago para la comida.» Es cierto, pero DIOS va a terminar con las dos cosas. En cambio, el cuerpo no es para la prostitución sino para el SEÑOR, y el SEÑOR es para el cuerpo. Y así como DIOS resucitó al SEÑOR, también nos va a resucitar a nosotros por su poder.
¿Acaso no saben ustedes que su cuerpo es parte del cuerpo de Cristo? ¿Y habré de tomar yo esa parte del cuerpo de Cristo y hacerla parte del cuerpo de una prostituta? ¡Claro que no! ¿No saben ustedes que cuando un hombre se une con una prostituta, se hacen los dos un solo cuerpo? Pues la Escritura dice: «Los dos serán como una sola persona.» Pero cuando alguien se une al SEÑOR, se hace espiritualmente uno con él.
Huyan, pues, de la prostitución. Cualquier otro pecado que una persona comete, no afecta a su cuerpo; pero el que se entrega a la prostitución, peca contra su propio cuerpo. ¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que DIOS les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque DIOS los ha comprado. Por eso deben honrar a DIOS en el cuerpo.

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