domingo, enero 05, 2020

UN ENCUENTRO CON DIOS

Espera con paciencia SU ayuda.
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
UN ENCUENTRO CON DIOS
Ministerios En Contacto
**Leer Isaías 6

ISAÍAS 6:5-7 “Entonces dije: «¡Ay de mí que soy muerto!, porque siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio 
de pueblo que tiene labios inmundos,
han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.»
Y voló hacia mí uno de los serafines, trayendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas. Tocando con él sobre mi boca, dijo: —He aquí que esto tocó tus labios, 
y es quitada tu culpa y limpio tu pecado.

Cada Domingo, un sinfín de personas se congregan en iglesias para adorar a DIOS. Pero para muchos de éllos, ir a la iglesia es solo un punto más en su lista de pendientes, una actividad que cumple con su “deber espiritual”. Aunque pueden sentirse conmovidos por la música y el sermón, pronto regresan a una vida en la que DIOS parece distante, y los placeres del mundo comienzan a verse más atractivos.
La época de Isaías al parecer no era tan diferente de la nuestra. Escuchemos el juicio de DIOS: “Este pueblo me alaba con la boca y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración no es más que un mandato enseñado por hombres” (Isaías 29:13)
¿Cuál es la solución cuando el pueblo de DIOS no le da la debida importancia? El encuentro de Isaías con el SEÑOR en la lectura de hoy es un buen ejemplo. Cuando vio la santidad de DIOS, Isaías se llenó de espanto y de una profunda conciencia de su propio pecado. En medio de la angustia, gritó: “¡Ay de mí, que soy muerto!” (Isaías 6:5). Después de ser limpiado de su pecado, su único deseo era servir al SEÑOR como su profeta, y dijo: “¡Heme aquí, envíame a mí!” (Isaías 6:8).
Aunque es poco probable que experimentemos una visión como ésta, cada vez que abrimos la Palabra de DIOS tenemos la oportunidad de ver “al Rey, el Señor de los ejércitos” (Isaías 6:5) como lo hizo Isaías. Lo que es aún más sorprendente es que este DIOS Santo y Majestuoso nos invita a relacionarnos con ÉL por medio de SU Hijo JESUCRISTO.
Si tu vida espiritual se ha vuelto demasiado mecánica, es hora de que enfoques tu tiempo con DIOS de una manera diferente. Pídele que te dé un corazón que esté abierto a un verdadero encuentro con ÉL, y espera con paciencia SU ayuda.
OREMOS: DIOS Eterno. Ayúdame a ser más responsable con mis actitudes hacia TÍ y que tenga un real encuentro Contigo.
En el amor de CRISTO, amén.
**Leer Isaías 6

VISIÓN Y LLAMAMIENTO DE ISAÍAS

El año en que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el Templo. Por encima de él había serafines. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces diciendo: «¡Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!»
Los quicios de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la Casa se llenó de humo. Entonces dije: «¡Ay de mí que soy muerto!, porque siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.»
Y voló hacia mí uno de los serafines, trayendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas. Tocando con él sobre mi boca, dijo: —He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa y limpio tu pecado.
Después oí la voz del Señor, que decía: —¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: —Heme aquí, envíame a mí.
Y dijo: —Anda, y dile a este pueblo: “Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, pero no comprendáis.” 10 Embota el corazón de este pueblo, endurece sus oídos y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos ni oiga con sus oídos ni su corazón entienda, ni se convierta y haya para él sanidad. 11 Yo dije: —¿Hasta cuándo, Señor?
Y respondió él: —Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, no haya hombre en las casas, y la tierra esté hecha un desierto; 12 hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres y multiplicado los lugares abandonados en medio del país. 13 Y si queda aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida; pero como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la simiente santa.
Visita nuestra página web en la siguiente dirección:




No hay comentarios.: