DIOS es la fuente
de paz en tiempos de dificultad.
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿CÓMO HALLAR LA PAZ...?
El Aposento Alto
**Leer Salmos
46:1-11
SALMO 46:10 “Quédense
quietos, reconozcan que yo soy DIOS” (NVI)
En un período de diez meses murieron once personas
conocidas: familiares, amigos y un compañero de trabajo. Mi primo, de catorce
años de edad, murió atropellado cuando cruzaba una calle por la noche, y mi
sobrina, de 23 años, que acababa de ganarle a la leucemia, falleció por otra
causa. Cuando intenté hablar con los padres de los fallecidos y, a la vez,
lidiar con mi tristeza, sentí mi corazón atravesado por el dolor.
¿Cómo hallar paz en medio de las pérdidas y tiempos
de angustia? Esta pregunta atravesó mi mente varias veces mientras buscaba
consuelo en las Escrituras. Volvía y volvía al Salmo 46:10. Seguí leyendo el
salmo y comprendí que mi esperanza no está en este mundo sino en DIOS y Sus
promesas. Una y otra vez, me alientan a permitir que DIOS sea mi refugio y mi
fortaleza, quien me ayuda en los momentos difíciles.
Cuando Jesús se preparaba para dejar a sus discípulos
les dijo que fueran valientes porque ÉL iba a preparar un lugar para éllos y
les dejaría Su paz. La Suya era una paz que no es de este mundo. En el momento
de dirigirnos a DIOS con peticiones y agradecimiento, contamos con Su promesa
de una paz que va más allá de nuestro entendimiento: “Y la
paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7). La paz de DIOS es una paz profunda, perdurable en tiempos de dolor y
de angustia.
OREMOS: Gran Consolador, gracias por ser nuestro refugio y
nuestra fortaleza en momentos de dificultad. Por Cristo Jesús, amén.
**Leer Salmos 46:1-11
DIOS es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en
momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las
montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas,
y ante su furia retiemblen los montes. Selah
Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de DIOS, la santa
habitación del Altísimo. DIOS está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el
alba DIOS le brindará su ayuda. Se agitan las naciones, se tambalean los
reinos; DIOS deja oír su voz, y la tierra se derrumba. El Señor Todopoderoso
está con nosotros; nuestro refugio es el DIOS de Jacob. Selah
Vengan y vean los portentos del Señor;
él ha traído desolación sobre la tierra. Ha puesto fin a las guerras
en todos los confines de la tierra; ha quebrado los arcos, ha destrozado las
lanzas, ha arrojado los carros al fuego. «Quédense quietos, reconozcan que yo
soy DIOS.
¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la
tierra!»
El Señor Todopoderoso
está con nosotros; nuestro refugio es el DIOS de Jacob. Selah
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