Nuestra vida habla más
fuerte que nuestras palabras.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NUESTRO TESTIMONIO… TESTIGO SILENCIOSO
Nuestro Pan Diario
1a PEDRO 2:11-12 “Queridos hermanos, les ruego como a
extranjeros y peregrinos en este mundo que se aparten de los deseos pecaminosos
que combaten contra la vida. Mantengan entre los
incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el
mal,
ellos observen las buenas obras de ustedes y
glorifiquen a DIOS en el día
de la salvación.” (NVI)
Ema vive en un
país donde está prohibido predicar el evangelio. Trabaja como enfermera
profesional, cuidando bebés recién nacidos en un hospital. Su compromiso con el
trabajo es tal que su labor se destaca, y muchas mujeres sienten curiosidad
respecto a élla. Por éso, se sienten impulsadas a hacerle preguntas en privado.
De este modo, Ema les habla abiertamente acerca del Salvador.
Por su buena
labor, algunos compañeros de trabajo sintieron envidia y la acusaron de robar
medicamentos. Sus superiores no les creyeron, y las autoridades encontraron
finalmente al culpable. Ésto hizo que otras enfermeras le preguntaran sobre su
fe. Su ejemplo me recuerda las palabras de Pedro: «Amados […], mantengan buena vuestra
manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros
como de malhechores, glorifiquen a DIOS […], al considerar vuestras buenas
obras» (1 Pedro 2:11-12) (RV95).
Nuestra vida
diaria en casa, en el trabajo, en la calle, la escuela o en donde te
encuentres, impacta a los demás cuando permitimos que DIOS obre en nosotros.
Estamos rodeados de personas que observan cómo hablamos y nos comportamos. Así
que, dependamos de ÉL y dejemos que guíe nuestras acciones y pensamientos. De
este modo, nuestra influencia podría guiar a algunos a poner su fe en CRISTO.
OREMOS: SEÑOR,
que viva de tal modo que TU nombre sea honrado dondequiera que vaya. En el amor
de CRISTO, amén.
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