JESUCRISTO sabe todo acerca de cada uno
de nosotros.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL SEÑOR:
NUESTRO PASTOR
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JUAN 10:7-15 “JESÚS, EL BUEN
PASTOR Volvió, pues, Jesús a decirles: —De cierto, de cierto os digo: Yo soy la
puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y
salteadores, pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta: el que por mí
entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino
para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida,
y para que la tengan en
abundancia.
»Yo soy el buen pastor;
el buen pastor su vida da por las ovejas.
Pero el asalariado, que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve
venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las
dispersa. Así que el asalariado huye porque es asalariado
y no le importan las ovejas.
»Yo
soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el
Padre me conoce y yo conozco al Padre;
y pongo mi vida por las ovejas.”
En el mundo
antiguo, el hombre a cargo de los rebaños tenía un trabajo difícil. Tenía la
responsabilidad de guiar a las ovejas a nuevos pastos y agua dulce, defenderlas
de los depredadores y encontrar a las perdidas cuando se desviaban. Pero su
trabajo era humilde por ser solitario y peligroso. El pastor vivía entre el
rebaño y dormía en la entrada del redil para mantener a las ovejas adentro y a
los lobos afuera. Era una labor difícil, constante e inclemente.
Sin embargo,
CRISTO dijo a Sus seguidores: “Yo soy el buen pastor” (Juan 10:11, 14). La
Iglesia moderna no se da cuenta del impacto de esas palabras. Tenemos una
visión sencilla y dulcificada de JESUCRISTO como pastor. El DIOS soberano del
universo se humilló y se ensució las manos trabajando con seres tan errantes,
voluntariosos y algunas veces tontos como las ovejas.
¿Recuerda que
leíste hace un momento que cuidar del rebaño requería estar en la entrada del
corral de las ovejas? Bien, el SEÑOR hizo justo éso: se convirtió en la Puerta
para nosotros (Juan 10:1, 9). Sacrificó Su vida por el gran rebaño de la
humanidad, para que cualquiera que decida creer en ÉL pueda entrar al redil de
DIOS (Juan 10:16). Y una vez adentro, reciba lo que necesite, se le busque
cuando se pierda, y se le proteja del enemigo.
JESUCRISTO se identifica a Sí mismo como
el Pastor de la humanidad. Por fortuna, somos más que una manada para ÉL. Sabe
todo acerca de cada uno de nosotros
—nombre, carácter y defectos—
y Nos ama a pesar de todas nuestras
imperfecciones.
¿Qué
mejor manera de mostrar amor que reconocer Su voz y seguirla a donde sea que
nos lleve?
OREMOS: Gracias mi SEÑOR porque eres mi BUEN PASTOR y me amas a pesar
de todas mis imperfecciones.
Por Tu Santo Amor, amén
Te
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