Nuestro dolor
no es en vano.
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ESPERANZA
EN MEDIO DEL SUFRIMIENTO
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** Leer 2a
Corintios 12:7-10
2a
CORINTIOS 12:10 “Y me alegro también de las debilidades,
los insultos, las necesidades, las
persecuciones y las dificultades
que sufro por Cristo, porque cuando más
débil me siento
es cuando más fuerte
soy.“
Todos pasamos
por momentos angustiosos en la vida. Pero, como hijos de DIOS, podemos
animarnos con la seguridad de que nuestro dolor no es en vano.
Algunas veces,
nuestro dolor es para el beneficio eterno de otros; DIOS lo usa para revelar la
autenticidad de nuestra fe, para que otros puedan verla y ser atraídos a Su
Hijo: “Porque la fe de ustedes
es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que
resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De
manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y
honor cuando Jesucristo aparezca.” (1 Pedro 1:7) (DHH). Según la manera en que respondemos ante la adversidad,
nuestra fe en CRISTO se vuelve visible para quienes nos rodean. Los creyentes
cobrarán ánimo, y los interesados en los asuntos espirituales nos harán
preguntas sobre nuestra fe.
Otras veces, DIOS
usa las pruebas para enseñarnos a obedecer; Hebreos 5:8 nos dice que aún “nuestro Salvador aprendió la obediencia por lo que
sufrió”.
Otro propósito
de las dificultades es ampliar nuestro ministerio. El encarcelamiento del
apóstol Pablo le permitió ministrar entre los guardias, lo que resultó en la
salvación de muchos.
Las
dificultades pueden ser la herramienta del SEÑOR para evitar que suceda un
problema, como la dolencia de Pablo, no identificada, que impedía que se
volviera orgulloso. Cuando la desobediencia amenaza nuestro andar con DIOS, ÉL
tomará las medidas necesarias para que volvamos a ÉL. El SEÑOR puede permitir
que una necesidad permanezca insatisfecha o que perdamos algo que apreciamos.
Su plan es que confesemos nuestro pecado y volvamos a ÉL.
Puede que no
sepamos las razones para nuestros sufrimientos, pero la elección más sabia que
podemos tomar es confiar en el Padre Celestial. Después de todo, Aquel que nos
salvó mediante el sacrificio de Su Hijo, ha prometido usar nuestro sufrimiento
para producir bien: “Sabemos
que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales
él ha llamado de acuerdo con su propósito” (Romanos 8:28).
OREMOS: Padre Celestial. Gracias por las pruebas que estoy pasando pero
confío en Tu ayuda, mi Señor.
En el nombre de Cristo, amén.
**Leer 2 Corintios 12:7-10
Por eso, para que yo no me crea más de lo que soy, he tenido
un sufrimiento, una especie de espina clavada en el cuerpo, que como un
instrumento de Satanás vino a maltratarme. Tres veces le he pedido al Señor que
me quite ese sufrimiento; pero el Señor me ha dicho: «Mi amor es todo lo que
necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.» Así que
prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Y
me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las
persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuando más débil
me siento es cuando más fuerte soy.
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