sábado, mayo 05, 2018

ENTRENAMIENTO IN SITU


Conocer personalmente a nuestra fuente de poder nos da confianza para servir al Rey.
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ENTRENAMIENTO IN SITU
Nuestro Pan Diario
**Leer 2 Timoteo 1:6-14
TIMOTEO 1:10-11 “… el evangelio, del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.”
Cuando la maestra de mi hijo me pidió que sirviera de acompañante en el campamento de ciencia, vacilé. ¿Cómo podría ser un ejemplo cuando mi pasado estaba manchado de errores; cuando todavía luchaba, tropezaba y caía en antiguos hábitos malos? DIOS me ayudó a amar y criar a mi hijo, pero, a menudo, dudaba de que me pudiera utilizar para servir a otros.
A veces, todavía me cuesta reconocer que DIOS —el Único perfecto y que puede cambiar vidas—nos transforma con el tiempo. Entonces, el Espíritu Santo me recuerda cuando Pablo instó a Timoteo a volcarse a su entrenamiento in situ, a perseverar en la fe y a usar los dones que DIOS le había dado (2 Timoteo 1:6). Timoteo podía ser valiente porque el SEÑOR, su fuente de poder, lo ayudaría a amar y ser disciplinado mientras siguiera creciendo y sirviendo a aquellos dentro de su esfera de influencia (v. 7).
CRISTO nos salva y nos da poder para honrarlo con nuestras vidas, pero no porque tengamos cualidades especiales, sino porque somos individualmente miembros valiosos de su familia (v. 9). Su función es también darnos un propósito que va más allá de nuestra reducida cosmovisión.
Al seguirlo cada día, Él nos transforma, mientras nos utiliza para alentar a otros, hablándoles de su amor y verdad dondequiera que vayamos. — Xochitl Dixon
OREMOS: SEÑOR, gracias por poder depender de ti.
Por el nombre de Cristo, amén.
**Leer 2 Timoteo 1:6-14 (RVR1960)
Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio e nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.
Te invito a visitar nuestra página web en la siguiente dirección:


No hay comentarios.: