miércoles, mayo 16, 2018

ALIVIO EN LA ENTRADA


Las provisiones de DIOS son siempre mayores que nuestros problemas.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria.
ALIVIO EN LA ENTRADA
Nuestro Pan Diario
**Leer Filipenses 4:10-20
FILIPENSES 4:12 “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia;
en todo y por todo estoy enseñado…”
Un día particularmente cálido, Carmine McDaniel, de ocho años de edad, quiso asegurarse de que el cartero de su vecindario se mantuviera fresco e hidratado. Entonces, dejó una nevera portátil con bebidas en la entrada de su casa. La cámara de seguridad de la familia registró la reacción del cartero: «¡Vaya! Agua y Gatorade. ¡Gracias, DIOS; gracias!».
La madre de Carmine dice: «Carmine siente que es su “deber” darle al cartero bebida fresca, aunque no estemos en casa».
Esta historia me conmueve, pero también me recuerda que hay Uno que suple todas nuestras necesidades, como señala el apóstol Pablo. Aunque estaba preso y sin saber qué le sucedería, expresó su gozo por los cristianos de Filipos, ya que DIOS había suplido su necesidad mediante la ayuda financiera de éllos. La iglesia de Filipos no era rica, pero éllos eran generosos, y de su pobreza, daban a Pablo y a otros (ver 2 Corintios 8:1-4). Al haber suplido las necesidades del apóstol, DIOS supliría las de éllos «conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Filipenses 4:19).
DIOS suele enviar ayuda vertical por medios horizontales. Es decir: nos manda lo que necesitamos mediante la ayuda de otros. Confiar en ÉL para nuestras necesidades es el secreto de la verdadera satisfacción (vv. 12-13). — Marvin Williams
OREMOS: Señor, gracias por tu provisión.
En el nombre de Cristo, amén.
**Leer: Filipenses 4:10-20
Dádivas de los filipenses
En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro interés por mí; ciertamente lo teníais, pero os faltaba la oportunidad para manifestarlo. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis también vosotros, filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros únicamente, pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. No es que busque donativos, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Pero todo lo he recibido y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
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