martes, mayo 22, 2018

AMAR A DIOS SEGÚN LA BIBLIA

DIOS nos ha dado Su Palabra divina y ha prometido bendecir a quienes guardan Sus mandamientos.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
AMAR A DIOS SEGÚN LA BIBLIA
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**Leer Salmo 119:105-112
SALMO 119:105-106 “Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino. Hice un juramento, y lo voy a cumplir:
¡pondré en práctica tus justos decretos!” 
“No dispongo de tiempo suficiente”. Ésa es la razón principal que dan las personas para no meditar en las Sagradas Escrituras. Pero, en realidad, todos sacamos tiempo para lo que es importante para nosotros.
Hace unos años, fotocopié el libro de Filipenses, lo dividí en secciones y las pegué sobre el periódico local. Solo ocupó tres columnas de la primera página. Esto demuestra que leer el libro de Filipenses toma tanto tiempo como leer nuestras porciones favoritas del periódico, o consultar artículos en Internet.
A decir verdad, todos podemos encontrar espacio para la Palabra de DIOS. Tú puedes comenzar con una epístola, y pedirle al Señor que te hable. Mientras leas, cuando encuentres palabras a las cuales el Espíritu Santo llame tu atención, detente para orar en cuanto a éllas. Cuando ÉL ponga en tu corazón las verdades de cada página, pídele que te dé un entendiendo más profundo para aplicarlo a tu vida.
Orar utilizando un libro de la Biblia elevará tu vida espiritual a un nuevo nivel. Anhelarás avanzar más allá de una comprensión elemental de la fe, a medida que aprendas a orar con las Sagradas Escrituras, como David y Daniel. Además, desearás ser obediente a lo que estés leyendo, porque te estarás enamorando cada vez más del autor del Libro.
Como creyentes, hemos sido muy favorecidos por el Padre Celestial. ÉL nos hizo Sus hijos, nos ha dado Su Palabra divina y ha prometido bendecir a quienes guardan Sus mandamientos: El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él.” (Juan 14:21). Si nos acercamos al Padre por medio de la meditación de Su Palabra, ÉL se convertirá en nuestro mayor gozo y deleite.
OREMOS: Padre Celestial, gracias te damos por Tu Palabra. Te pido que me ayudes en su lectura, que la pueda estudiar a consciencia, aprender de élla y lo aprendido ponerla en práctica. Gracias Señor. 
Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús, amén.
**Leer Salmo 119:105-112 (DHH)
Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino. Hice un juramento, y lo voy a cumplir: ¡pondré en práctica tus justos decretos! Señor, me siento muy afligido; ¡dame vida, conforme a tu promesa! Acepta, Señor, las ofrendas de mis labios, y enséñame tus decretos. Siempre estoy en peligro de muerte, pero no me olvido de tu enseñanza. Los malvados me ponen trampas, pero no me aparto de tus preceptos. Mi herencia eterna son tus mandatos, porque ellos me alegran el corazón. De corazón he decidido practicar tus leyes, para siempre y hasta el fin.
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