¿Tienes problemas?
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿TE PARECE MUY GRANDE TU PROBLEMA?
** LECTURA
BIBLICA: 1ª Samuel 17:32-37
MARCOS 10:27 “Entonces Jesús,
mirándolos, dijo:
-Para los hombres es imposible, pero no para DIOS,
porque todas las cosas son posibles para DIOS”.
La lectura de
hoy, nos narra los momentos que precedieron a uno de los acontecimientos
bíblicos más conocidos: la pelea entre David, un jovencito judío pastor de
ovejas cuyo armamento se limitaba a una simple honda y algunas piedras, y
Goliat, un enorme gigante filisteo, experimentado guerrero, armado hasta los
dientes.
David había
llegado al campamento del ejército de Israel con el fin de traer un encargo de
su padre para sus hermanos mayores. Allí se enteró que este gigante filisteo
estaba retando a que saliera un hombre de entre los israelitas para que peleara
con él. Entonces David se ofreció como voluntario para pelear contra el
gigante.
Sin duda, la
situación en la que se encontraba David era sumamente difícil. Desde el punto
de vista humano, las posibilidades de éxito eran prácticamente nulas.
Sin embargo,
lo primero que hizo David fue recordar y declarar las maravillas que DIOS había
hecho en su vida y las veces que lo había librado de circunstancias sumamente
difíciles; y en esos recuerdos basaba su fe y su confianza en la victoria. De
esta manera se enfrentó David al gigante Goliat.
Dice el
versículo 45 de este mismo capítulo: «David le contestó: —Tú vienes contra mí con espada,
lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR TODOPODEROSO, el DIOS
de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo el SEÑOR te
entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza».
Y a los pocos
minutos, aquel gigantón yacía a los pies del joven pastor de ovejas; no por sus
fuerzas, sino por la fuerza y el poder del DIOS Todopoderoso.
Muchas veces
nos encontramos en medio de circunstancias tan difíciles que no vemos la más
mínima solución. Quizás hoy tú te encuentres en una de esas situaciones, ya sea
en el aspecto económico, o en lo relativo a la salud, o a las relaciones
familiares, o en tu centro de trabajo, etc., etc.
Y
probablemente, el enemigo te esté sugiriendo de alguna manera que no hay forma
de que puedas resolver tu problema, así como Saúl trató de convencer a David de
que era totalmente imposible que él pudiera vencer a Goliat.
Cuando nos
encontramos en situaciones difíciles, y no recibimos una inmediata respuesta de
DIOS a nuestras oraciones, es muy fácil que nos olvidemos de todas las veces en
que el SEÑOR nos ha ayudado en el pasado y comencemos a dudar de ÉL y a
quejarnos de SU “demora” en actuar.
Piensa un
momento en todo lo que DIOS ha hecho en tu vida, en las situaciones de las
cuales te ha librado en el pasado. ¿Crees que ahora el SEÑOR te abandonará? ¡Por
supuesto que no! ÉL ha
prometido estar contigo todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20).
No importa
cuán grande te parezca tu problema,
DIOS es
infinitamente más grande que él.
Así como
David se enfrentó al enorme gigante, enfréntate a ese problema sin temor, en el
nombre del SEÑOR, y la victoria será tuya.
OREMOS: PADRE mío, hoy pongo delante de TU trono de gracia esta situación
que para mí es imposible de resolver. Gracias por recordarme que no hay DIOS
tan grande como TÚ, y confío que TU poder es mayor que todos mis problemas. En
el nombre de JESÚS, amén.
**LECTURA BIBLICA: 1ª Samuel 17:32-37
32 Entonces David le dijo a Saúl: -¡Nadie tiene por qué desanimarse a causa de
este filisteo! Yo mismo iré a pelear contra él.
33 —¡Cómo vas a pelear tú solo contra este filisteo! —replicó Saúl—. No eres
más que un muchacho, mientras que él ha sido un guerrero toda la vida.
34 David le respondió: -A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una
oveja del rebaño, 35 yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la
presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo. 36
Si este siervo de Su Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con
ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del DIOS viviente. 37
El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del
poder de ese filisteo. —Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe.
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