¡Gracias
Señor!
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
CORAZÓN
AGRADECIDO
SALMOS 92:1,2
“Bueno es alabarte, oh Señor, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.
Anunciar por la mañana tu misericordia,
y tu fidelidad cada noche.”
Uno de los
desafíos más grandes que un cristiano encuentra en su vida es mantener un
corazón genuinamente agradecido y que sinceramente alabe a DIOS, sobretodo en
medio de los afanes y las dificultades que diariamente tenemos.
Hay ocasiones
en las que resulta prácticamente imposible ver algo positivo, mucho menos
encontrar una razón para dar gracias, especialmente cuando la enfermedad, el
divorcio, la pérdida del trabajo o cualquier otra situación negativa se
presenta ante tu vida.
Sin embargo,
1ª de Tesalonicenses 5:18 dice: “Dad gracias en todo,
porque esta es la voluntad de DIOS para con vosotros en Cristo Jesús.”
Es decir, la voluntad de DIOS es que demos gracias en todo.
Pero, ¿cómo puede esperarse que seamos
agradecidos
cuando estamos sufriendo?
En primer
lugar, debemos
recordar que DIOS está en control de todo. ÉL lo sabe todo y tiene poder sobre
todo. Si ÉL ha permitido adversidad en tu vida, es por alguna razón, y si pones
en el SEÑOR tu confianza y tu amor, a la corta o a la larga, esa razón será
para tu beneficio y bendición. Dice Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que aman a DIOS,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados.”
Además, si
miramos a nuestro alrededor y si mantenemos una actitud positiva, siempre
encontraremos algo por lo cual dar gracias a DIOS. De lo contrario, sólo
seremos capaces de ver lo negativo.
¡Cuántas
personas hay que tienen muy pocas posesiones, o incluso su salud no es buena, y
sin embargo son felices, y siempre están sonriendo, porque tienen un corazón
agradecido capaz de reconocer las bendiciones del SEÑOR y darle gracias! A DIOS
le agrada esta actitud, y siempre la recompensa.
En Lucas capítulo
17, JESÚS sanó a diez leprosos, pero sólo uno regresó, y se postró ante ÉL para
darle las gracias. Entonces JESÚS le dijo: “Levántate, vete; tu fe te ha salvado.” (Lucas 17:19).
No sólo fue
aquel hombre sanado de su enfermedad, sino que su sentido del agradecimiento le
llevó a recibir del Señor el regalo más precioso que un ser humano pueda
recibir: la salvación de su alma.
El pasaje de
hoy nos exhorta a alabar a DIOS. Dice que es bueno alabarle, y declarar su
misericordia y su fidelidad en la mañana y en la noche. Es un modelo bíblico
orar en la mañana agradecidos por la misericordia de DIOS, buscando protección
y dirección para ese día, y orar por la noche dándole gracias a DIOS de corazón
por lo que ÉL hizo durante el día. Debes hacer de ésto un hábito en tu vida,
cualesquiera sean las circunstancias que te rodean.
Cuando DIOS
permite pruebas en tu vida y tú le das gracias por SUS propósitos, a pesar de
no entenderlos, tú le estás diciendo al SEÑOR que confías en ÉL y en los
resultados. Entonces la gratitud y la actitud estarán íntimamente unidas.
Desde luego, ésto
es totalmente imposible desde el punto de vista humano. Nuestra naturaleza
carnal sólo siente agradecimiento por los beneficios y bendiciones que recibe,
en el momento que los recibe.
Esta
característica se ha transmitido entre los seres humanos desde el principio,
cuando Adán y Eva pecaron, precisamente por no ser agradecidos a DIOS, y
desobedecieron cayendo en pecado por pensar primeramente en éllos mismos. Así
lo describe el apóstol Pablo en su carta a los romanos: "Pues habiendo conocido a DIOS,
no le glorificaron como a DIOS, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron
en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido." (Romanos 1:21).
Es necesario,
pues, que conozcamos y mantengamos una íntima comunión con nuestro PADRE Celestial
de manera que SU SANTO ESPÍRITU produzca en nosotros esa paz de DIOS que nos
capacita para ser agradecidos en cualquier circunstancia, por fe en nuestro SEÑOR.
Como dice
Colosenses 3:15: “Y
la paz de DIOS gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis
llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”
OREMOS: PADRE Santo, te pido perdón por mi
ingratitud hacia TÍ. Ayúdame a reconocer todas las bendiciones que diariamente
recibo. Llena mi corazón de TU paz y capacítame para ser agradecido aún en
momentos en que las cosas no estén marchando bien, sabiendo que TUS planes son
siempre buenos y que éllos se llevarán a cabo en mi vida. Gracias, SEÑOR.
En el
nombre de JESÚS, amén.
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