DIOS nos da
la paz que necesitamos.
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
PAZ EN MEDIO
DE LA TORMENTA
SALMOS 57:1 “Ten compasión de mí, oh DIOS; ten compasión de mí, que en ti
confío. A la sombra de tus alas me refugiaré,
hasta que haya pasado el peligro”. (NVI)
Se cuenta de un concurso de arte en que el tema
que se dio fue la “paz”. El artista que mostrara
más eficazmente la paz en su obra ganaría la competencia. Los artistas
reunieron sus pinturas, lienzos y pinceles y comenzaron a crear sus obras
maestras. Cuando llegó el momento de juzgar las obras de arte, los jueces
quedaron impresionados por las diversas escenas de tranquilidad ilustradas por
los artistas.
Había una pieza majestuosa que captaba el
brillo del sol sobre un verde lozano, una que representaba un sereno paisaje de
colinas iluminadas por la luna y otra pieza evocadora que mostraba a un hombre
solitario caminando tranquilamente a través de un rústico campo de arroz.
Entonces los jueces llegaron a una pieza
peculiar que parecía casi horripilante y quizá incluso fea para algunos. Era la
antítesis de todas las otras que habían visto. Era una antítesis salvaje de
colores violentos y la agresión con la que el artista había azotado su pincel
contra el lienzo era evidente. Mostraba una tormenta donde las olas del mar
estaban hinchadas a alturas amenazantes y golpeando contra los bordes de un
acantilado escarpado con fuerza atronadora. Rayos zigzagueaban a través del
cielo ennegrecido y las ramas del único árbol que estaba en lo alto del peñasco
estaban barridas todas hacia un lado por la fuerza del vendaval.
Ahora, ¿cómo podría esta imagen ser la
conclusión de la paz?
Sin embargo, los jueces dieron el primer premio
por unanimidad al artista que pintó la tormenta tumultuosa. Si bien los
resultados inicialmente parecían ser espantosos, de inmediato la decisión de
los jueces se evidenciaba una vez que uno le daba un vistazo más de cerca al
lienzo. Escondida en una grieta del acantilado había una familia de águilas
cómodamente en su nido. El águila madre se enfrentaba a los vientos que
soplaban con furia, pero sus polluelos jóvenes estaban ajenos a la tormenta y
durmiendo bajo el refugio de sus alas.
¡Ese es el
tipo de paz que JESÚS nos da a ti y a mí!
Solamente ÉL
puede saber lo que estás sintiendo en tu interior y convertir esa crisis en
paz. ÉL nos da paz, seguridad, abrigo y protección, incluso en medio de la
tormenta.
El salmista lo describe bellamente: “El que habita al
abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente… Con sus plumas te
cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro…”
No hay lugar más seguro que bajo el amparo
protector de las alas de tu SALVADOR. No importa qué circunstancias furiosas
puedan estar rodeándote. Puedes clamar al SEÑOR por SU favor inmerecido, como
lo hizo David: “Ten
misericordia de mí, oh DIOS, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi
alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos”.
Qué bendita
garantía con la que contamos hoy,
sabiendo que
aunque la destrucción ruge a nuestro alrededor, podemos tener refugio bajo el
amparo de nuestro SEÑOR.
OREMOS: DIOS Todopoderoso, te doy gracias porque en
medio de una crisis, puedo refugiarme bajo la sombra de TUS alas y tener TU
paz. Mi confianza está en TÍ y te doy gracias porque me protegerás y liberarás
lo mismo que a mis seres queridos sin importar lo que se esté pasando a nuestro
alrededor. En el nombre de JESÚS, amen.
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