Gracias SEÑOR por las muestras de TU amor.
Comparte esta meditación
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL ALFARERO
ISAÍAS 64:8 “Sin
embargo, Señor, tú eres nuestro padre;
nosotros somos el barro, tú
nuestro alfarero;
¡todos fuimos hechos por ti
mismo!”
Se cuenta que en Inglaterra había una pareja
que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Al entrar en
una de éllas se quedaron prendados de una hermosa tacita. –“¿Me permite ver esa taza?”-, preguntó la señora. –“¡Nunca he visto
nada tan fino!”-.
En las manos de la señora, la taza comenzó a
contar su historia:
-“Usted debe
saber que yo no siempre he sido la taza que usted está sosteniendo. Hace
mucho tiempo era solo un poco de barro.
Pero un artesano me tomó entre sus manos y me fue dando forma. Llegó el momento en que me desesperé y le
grité: -‘¡Por favor, ya déjeme en paz!’-. Pero él sólo me sonrió y me dijo: -‘Aguanta un poco más, todavía no es tiempo’-.
Después me
puso en un horno. ¡Nunca había sentido tanto calor! Toqué a la puerta del horno y a través de la
ventanilla pude leer sus labios que me decían: -‘Aguanta
un poco más, todavía no es tiempo’-.
Cuando al fin
abrió la puerta, mi artesano me puso en un estante. Pero, apenas me había
refrescado, me comenzó a raspar, a lijar. No se cómo no acabó conmigo. Me daba
vueltas, me miraba de arriba a abajo. Por último me aplicó meticulosamente
varias pinturas. Sentía que me ahogaba. –‘Por favor
déjame en paz’-, le gritaba a mi artesano; pero él solo me decía: -‘Aguanta un poco más, todavía no es tiempo’-.
Al fin,
cuando pensé que había terminado aquello, me metió en otro horno, mucho más
caliente que el primero. Ahora si pensé que terminaba con mi vida. Le rogué y
le imploré a mi artesano que me respetara, que me sacara, que si se había vuelto
loco. Grité, lloré; pero mi artesano sólo me decía: -‘Aguanta
un poco más, todavía no es tiempo’-.
Me pregunté
entonces si había esperanza, si lograría sobrevivir a aquellos tratos y
abandonos, pero por alguna razón aguanté todo aquello. Fue entonces que se
abrió la puerta y mi artesano me tomó cariñosamente y me llevó a un lugar muy
diferente.
Era un lugar
precioso. Allí todas las tazas eran maravillosas, verdaderas obras de arte, resplandecían como
sólo ocurre en los sueños. No pasó mucho tiempo cuando descubrí que estaba en
una fina tienda y ante mi había un espejo. Una de esas maravillas era yo. ¡No
podía creerlo! ¡Esa no podía ser yo!
Mi artesano
entonces me dijo:
-‘Yo sé que sufriste al ser moldeada por mis manos, mira tu hermosa
figura. Sé que pasaste terribles calores, pero ahora observa tu sólida
consistencia, sé que sufriste con las raspadas y pulidas, pero mira ahora la
finura de tu presencia. Y la pintura te provocaba nauseas, pero contempla ahora
tu hermosura. Y, ¿si te hubiera dejado como estabas?’-.
-“¡Ahora eres
una obra terminada! ¡Lo que imaginé cuando te comencé a formar! Tú eres una
tacita en las manos
del mejor
alfarero”-: DIOS.
Confíate en SUS amorosas manos aunque muchas
veces no comprendas por qué permite tu sufrimiento.
OREMOS: Gracias Señor por las muestras de TU amor. Por todo lo que
has hecho y harás. Pido una bendición especial para mis padres, para mis
hermanos y hermanas, para mi familia, mis amigos, mi trabajo, para mi Perú. Por
CRISTO JESÚS, amén.
Visita
nuestra página web en la siguiente dirección:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario