DIOS sabe mi nombre
y me ve
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
VISTO POR DIOS
Nuestro
Pan Diario
**Leer
Génesis 16:7-14
GENESIS 16:13 “«Tú eres el DIOS que me ve», porque dijo: «¿Acaso no
he visto aquí al que me ve?»”
Mi
primer par de lentes abrió mis ojos a un mundo nuevo. Como soy miope, veo
claramente los objetos que están cerca, pero veo borroso los que están lejos.
A los
doce años, con mis primeros anteojos, quedé maravillada al ver con claridad
palabras en las pizarras, hojas pequeñas en los árboles y —quizá lo más
importante— sonrisas amplias en los rostros.
Cuando
mis amigos sonreían al saludarlos, descubrí que ser visto es un regalo tan
grande como la bendición de poder ver.
La
sierva Agar entendió ésto cuando huyó del maltrato de su ama Sarai. Agar era
una «nadie» en su cultura. Sóla y embarazada,
huyó al desierto, sin ayuda ni esperanza. Sin embargo, DIOS la vio, y como
resultado, ella pudo verlo a ÉL. El SEÑOR ya no era un concepto turbio, sino un
ser real; tan real que ella lo llamó EL ROI: «Tú eres DIOS que ve». Y agregó: «¿No he visto también
aquí al que me ve?» (Génesis 16:13).
Nuestro «DIOS que ve» nos ve
también a cada uno de nosotros. ¿Te sientes invisible, sólo o que no eres
nadie?
El SEÑOR te ve a ti y tu futuro.
Entonces, nosotros vemos en ÉL nuestra esperanza,
aliento y gozo constantes, tanto para hoy como para el futuro. Alabémoslo por
este don de la vista asombrosa; por poder ver al único DIOS
verdadero y viviente.
OREMOS: SEÑOR, gracias por poder verte obrando
en mi vida y a mi alrededor. En el amor de CRISTO, amén.
**Leer Génesis 16:7-14
La halló el Ángel de Jehová junto a una fuente
de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. Y le
dijo: —Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?
Ella respondió: —Huyo de delante de Sarai, mi
señora.
Le dijo el Ángel de Jehová: —Vuélvete a tu
señora y ponte sumisa bajo su mano. Le dijo también el Ángel de Jehová: —Multiplicaré
tanto tu descendencia, que por ser tanta no podrá ser contada. Y añadió el
Ángel de Jehová: —Has concebido y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Ismael porque Jehová ha oído tu aflicción. Será un hombre fiero, su mano se
levantará contra todos y la mano de todos contra él; y habitará delante de todos sus hermanos.
Entonces dio Agar a Jehová,
que hablaba con ella, el nombre de: «Tú eres el DIOS que me ve», porque dijo:
«¿Acaso no he visto aquí al que me ve?» Por lo cual llamó al pozo: «Pozo del
Viviente-que-me-ve.» Este pozo está entre Cades y Bered.
Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram puso
por nombre Ismael al hijo que le dio Agar. Abram tenía ochenta y seis años de
edad cuando Agar dio a luz a Ismael.
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