El amor de DIOS nos sostiene y nos ayuda
a atravesar el dolor hasta alcanzar paz y gozo.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
AMOR Y PAZ
Nuestro
Pan Diario
SALMOS
16:10-11 “Porque no dejarás mi alma en el Seol […]. Me mostrarás la senda de la
vida; en tu presencia
hay plenitud
de gozo”
Siempre me asombra cómo la paz —esa paz poderosa e
inexplicable:” Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7)— puede llenar
nuestro corazón aún en el dolor más profundo.
Hace poco, lo experimenté en el funeral de mi
padre. Mientras muchos conocidos pasaban a dar su pésame, me ayudó ver a una buena
amiga de la escuela secundaria. Sin decir nada, me abrazó fuerte. Su empatía
silenciosa me inundó con el primer sentimiento de paz aquel día triste y
difícil, y me recordó que no estaba sola.
Como lo describe David en el Salmo 16, la clase de
paz y gozo que DIOS nos da no procede de decidir afrontar estoicamente el
dolor, sino que es un regalo que experimentamos de manera inevitable al
refugiarnos en nuestro buen DIOS: “Guárdame, Dios, porque en ti he confiado. 2 Alma mía, dijiste a Jehová: «Tú eres mi Señor; no hay para mí
bien fuera de ti.»” (Salmo 16:1-2)
Tal vez pensemos que acudir a otro «dios» nos
librará del dolor, pero tarde o temprano, esos esfuerzos simplemente
profundizarán nuestro dolor: “Se multiplicarán los
dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus
libaciones de sangre ni en mis labios tomaré sus nombres.” (Salmo 16:4).
En cambio, podemos acudir al SEÑOR, confiando en
que —aunque no entendamos por qué sufrimos— la vida que nos ha dado es hermosa
y buena:”Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos y
es hermosa la heredad que me ha tocado. ”7 Bendeciré a Jehová que me aconseja; aún en las noches me
enseña mi conciencia. 8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi
diestra, no seré conmovido.” (Salmo 16:6-8) Además, podemos entregarnos en Sus brazos de
amor que, con ternura, nos sostienen para atravesar el dolor y nos dan una paz
y un gozo que ni aún la muerte puede apagar “Me mostrarás la senda de la
vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre.“(Salmo 16:11).
OREMOS:
PADRE, gracias porque me abrazas y sostienes tiernamente en tiempo de gozo y de
angustia. Ayúdame a acudir a ti para que me sanes. En el amor de
CRISTO, amén.
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