Aunque sufrimos, tenemos
esperanza en JESÚS.
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LA ESPERANZA EN LA TRISTEZA
Nuestro Pan Diario
**Leer Lucas 24:28-32
LUCAS 24:31 “En ese momento
se les abrieron los ojos y
reconocieron a JESÚS; pero él desapareció.“
Cuando yo
tenía 19 años, cuenta Amy, una de mis mejores amigas murió en un accidente de
autos. Durante las semanas y meses siguientes, cada día era para mí un túnel de
tristeza. El dolor de haber perdido a alguien tan joven y maravillosa nublaba
mi visión; y a veces, perdía incluso conciencia de lo que sucedía a mí
alrededor. Estaba tan enceguecida por el dolor y la tristeza que, simplemente,
no podía ver a DIOS.
En Lucas 24,
dos discípulos, turbados y tristes por la muerte de JESÚS, no se dieron cuenta
de que estaban caminando con su Maestro resucitado; aun cuando ÉL les había
explicado con las Escrituras la razón de que el Salvador prometido tenía que
morir y resucitar. Recién cuando el Señor tomó el pan y lo partió, reconocieron
que era JESÚS (vv. 30-31). Mediante la
resurrección de JESÚS, DIOS les mostró a Sus seguidores cómo volver a tener
esperanza.
Al igual que
aquellos discípulos, la turbación y la tristeza pueden hacernos sentir
abrumados. Pero podemos encontrar consuelo y esperanza en que JESÚS está vivo y
activo en el mundo… y en nosotros. Podemos aceptar que CRISTO nos acompañe en
nuestro túnel de tristeza. Como la Luz del mundo (Juan 8:12), Sus rayos de esperanza disiparán nuestras tinieblas. — Amy Boucher Pye
OREMOS: Señor,
gracias por ser la Luz. Dame esperanza en mi tristeza y confusión, y ayúdame a
ver Tu gloria. En Tu Santo Nombre, amén.
**Leer Lucas 24:28-32
Al llegar al pueblo adonde se dirigían, JESÚS
hizo como que iba a seguir adelante. Pero ellos lo obligaron a quedarse,
diciendo: —Quédate con nosotros, porque ya es tarde. Se está haciendo de noche.
JESÚS entró, pues, para quedarse con ellos. Cuando ya estaban sentados a la
mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a DIOS, lo partió y se
lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a JESÚS; pero él
desapareció. Y se dijeron el uno al otro: —¿No es verdad que el corazón nos
ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las
Escrituras?
Te invito a visitar nuestra
página web en la siguiente dirección:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario