miércoles, julio 01, 2015

MIREMOS EL FUTURO Y GOCEMOS DE SUS BENEFICIOS

Cumplir Su voluntad.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
MIREMOS AL PORVENIR Y GOCEMOS DE SUS BENEFICIOS
SALMOS 37:37-38 “Observa a los que son íntegros y rectos: hay porvenir para quien busca la paz. Pero todos los pecadores serán destruidos; el porvenir de los malvados será el exterminio.”
La única manera de entender por qué existe tanto mal en el mundo es mirando las cosas desde muy arriba. Usualmente sólo consideramos lo que ocurre en esta vida temporal pero nos olvidamos de la parte más extensa e importante que comprende lo que ocurrirá cuando seamos llevados a habitar en la presencia de DIOS.
Es algo así como cuando necesitamos que se nos aplique una vacuna. En el momento en que la aguja de la jeringa penetra el músculo donde debe colocarse la solución de componentes de microorganismos atenuados o inactivados, experimentamos dolor y algunas veces también ardor. Es posible que también tengamos que soportar algunos efectos secundarios, tales como reacciones alérgicas. Luego de que la vacuna ha interactuado con nuestro sistema inmunológico podemos disfrutar de los beneficios de dicha inmunización por muy largo tiempo.
Alguien que sólo considerará el momento del pinchazo sin tomar en cuenta los beneficios subsecuentes diría que la vacunación es muy desagradable. Cuando observamos el proceso en su totalidad, podemos claramente apreciar la conveniencia y utilidad del mismo.
No nos conformemos, pues, a analizar las cosas desde un punto de vista estrictamente terrenal, puesto que los beneficios que recibiremos cuando estemos en la presencia de DIOS superarán por mucho cualquier incomodidad o dolor que nos haya tocado enfrentar en esta vida.
Como nos cuenta el apóstol Juan, que dijo la potente voz que provenía del trono, «Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.»
Miremos las dificultades dentro del gran contexto del plan de DIOS y la eternidad y ya nada podrá ser motivo de preocupación. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
ORACIÓN: Padre Celestial gracias por esa promesa y esperanza que cuando Tú nos llames a Tu presencia, ya no sufriremos más y Tu paz y amor reinará para siempre. Ayúdame a respetar y cumplir Tus mandamientos, que todos mis hechos sean de Tu agrado para que cuando me llames, pueda gozar de Tu presencia. Te lo pido en el nombre de Cristo, amén.


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