MATEO 8:23-27
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿QUIÉRES
SENTIR LA VERDADERA PAZ?
MATEO
8:23-27 “Y entrando Él en la barca, sus
discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan
grande que las olas cubrían la barca; pero Él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron,
diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué teméis,
hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y
se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es
éste, que aún los vientos y el mar le obedecen?”
Un oficial de un submarino nuclear de
la armada norteamericana contó una experiencia que tuvo un día mientras su nave
se hallaba patrullando por el Mediterráneo. Él era el oficial de servicio, y
tenía a su cargo dar las órdenes para la posición de la nave en cada momento. Allá arriba, en la superficie, iban y
venían muchos barcos, y el submarino tenía que hacer muchas maniobras bruscas
para evitar posibles colisiones por lo que estaba siendo sacudido de un lado a
otro constantemente.
De momento el capitán, que había estado descansando en su camarote,
apareció en el puente y preguntó: -“¿Está todo bien?”-. -"Si señor"-,
respondió el oficial. El capitán echó un rápido vistazo a su alrededor y
expresó: -“Sí, ya veo que todo está bien”-.
A aquel submarino lo acechaba un potencial riesgo de colisión por
todas partes, no obstante, estaba fuera de peligro. En la parte más interna de
la nave había un lugar tranquilo desde donde se podía controlar su destino
totalmente. En aquel centro de mando no podía detectarse ni un ápice de pánico;
sólo se veía un grupo de marineros muy adiestrados que ejecutaban la tranquila
y deliberada serie de acciones que constituía su trabajo. El submarino podía
afrontar las turbulentas circunstancias externas, porque todo estaba bien en el
puente de mando.
Uno de los mayores anhelos del ser humano es sentir paz en su vida.
Sin embargo, no resulta fácil lograr este objetivo porque el afán, la ansiedad,
el estrés, las preocupaciones diarias, los problemas de esta vida complicada son, generalmente, obstáculos
imposibles de echar a un lado.
Al igual que en el submarino, sólo podremos sentir esa paz interior en
nuestras vidas, esa tranquilidad espiritual y mental capaz de manifestarse aún
en situaciones y circunstancias adversas, cuando todo esté bien en nuestro
“puente de mando”. Y la única manera de que todo marche bien allí es permitir
al Señor Jesucristo ser el “oficial en servicio”.
¿Te encuentras hoy en medio de una situación en la que te parece que
“tu barca” se está hundiendo? ¿La tormenta que te rodea no te permite sentir
esa paz interna que tanto anhelas?
Acude al Único que puede ayudarte: el Señor Jesucristo. Él tiene el
poder para calmar esos “vientos” que te están afectando y que se haga “grande
bonanza” en tu vida.
Jesús dijo: “La paz os
dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón, ni tenga miedo.” (Juan
14:27). La paz que el Señor ofrece no es como la que se encuentra en el mundo.
Es una paz profunda, inalterable, que no es afectada por las circunstancias
externas; es la paz que “sobrepasa todo
entendimiento.” (Filipenses 4:7).
¿Quieres tú sentir esa paz? Profundiza en tu relación con el Señor.
Envuélvete en el Espíritu de DIOS. Pasa más tiempo orando y leyendo la Biblia,
escudríñala, medita en élla. Pide al Señor que te llene de Su santa presencia y
experimentarás la verdadera y maravillosa paz que solamente DIOS puede dar.
ORACIÓN: Padre Santo,
te ruego me ayudes a confiar en Tí de todo corazón cuando las circunstancias a
mi alrededor se vuelvan difíciles, para poder disfrutar de esa paz que
sobrepasa todo entendimiento. En el nombre de Jesús, Amén.
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