Lo que debemos hacer…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
AMOR Y PERDÓN
PROVERBIOS
17:9 “El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa
divide a los amigos.”
Existe una conexión
muy firme y estrecha entre el amor y el perdón. Lamentablemente muchas personas
no pueden apreciar esta conexión y mantienen odios y rencores guardados en su
corazón contra quienes alguna vez los agredieron o los injuriaron.
Sólo la raza humana
es capaz de guardar rencor. Pareciera que nos satisface revivir las situaciones
que en el pasado nos hicieron daño para alimentar en el presente la ira que éstas
nos producen y de esa manera experimentar las fuertes emociones que dicha ira
genera en nuestro ser.
Además pareciera que
así como hay gente que siempre tiene la necesidad de ser el centro de la
atención de otros, también existen personas que necesitan sentir odio y rencor
para darle sentido a su vida.
Donde hay luz no
puede haber oscuridad y donde hay amor no hay lugar para el odio. El rencor y
las razones que lo producen son esa parte de nuestro ser que nos negamos a
someter bajo el control del Espíritu Santo de DIOS. Nos aferramos desesperadamente
a los resentimientos y por éllo nos negamos a ofrecer y a recibir perdón.
El Señor Jesús nos
dijo que debemos perdonar a nuestros deudores, porque si les perdonamos a otros
sus ofensas, también nos perdonará a nosotros nuestro Padre Celestial. Pero si
no perdonamos a otros sus ofensas, tampoco nuestro Padre nos perdonará a nosotros
las nuestras [Mateo 6:12-15]. Y vaya que tenemos unas cuantas ofensas que
hemos cometido contra nuestro Padre que necesitan ser perdonadas y que no lo
serán hasta tanto nosotros hayamos hecho la parte que nos corresponde.
Revisemos, pues, lo
que hay guardado en lo más profundo del corazón y limpiemos la casa de todos
esos agravios que nos producen rencor. Con corazones limpios y libres de
inquinas y resentimientos permitamos que DIOS siga transformando nuestros
corazones para hacerlos cada día que pasa más parecidos al corazón de nuestro
Señor Jesucristo, que siempre ha estado y estará lleno de amor y compasión. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
ORACIÓN: Padre
Celestial, gracias por perdonarme y por llenarme el corazón con tu mensaje de
perdón. Ayúdame extender ese perdón a las personas por cuantas ofensas me han
hecho. De hoy en adelante quiero sentirme libre de todo resentimiento y de todo
odio que corra en mi alma. Quiero amar a quienes me quieren y aun más a mis
enemigos. Por Tu gracia, y sólo por ella, podré hacerlo. En el nombre de Jesús.
Amén
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