La paz perfecta…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
UNA VIDA DE PAZ
FILIPENSES 4:6-7 “Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de DIOS en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de DIOS,
que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.”
Tu
casa te ofrece protección. Así que, cuando surja una tormenta, buscarás refugio
en la seguridad de esas cuatro paredes.
El
mismo principio se aplica a las tormentas de la vida; si hemos construido una
casa sólida sobre el cimiento de la fe, tenemos entonces refugio hacia dónde
correr cuando se formen nubes oscuras, y la ansiedad amenace con abrumarnos.
Supongamos
que tengo un problema que me inquieta. Tengo un nudo en el estómago. Mis amigos
y mi familia tratan de ser comprensivos, pero se están cansando que contínuamente
descargue mi problema sobre ellos. Estoy tan centrado en el asunto que me hace
sentir que llevo una gran carga sobre mis hombros.
DIOS
nos ofrece una alternativa liberadora y nos dice: "Echa sobre [Mí] tu carga, y [Yo] te sustentaré"
(Salmo 55:22). Él no va a desaparecer los males de nuestra vida, pero sí nos
protege del peso de la preocupación al tomar la situación en sus manos.
Sin
embargo, el llamado a una vida de paz y libertad será desatendido, a menos que
la persona confíe en el Señor.
La confianza se construye por
medio de una relación con Él: orando en medio de las pruebas y los triunfos de
cada día, buscando orientación bíblica para las decisiones, y comprobando que la Palabra de DIOS es
verdadera y práctica para esta vida.
Así
es como se construye una casa de fe, ladrillo a ladrillo, sobre la sólida roca
de Jesucristo.
El
creyente que confía en DIOS recibe la paz que promete Filipenses 4:7 "Y
la paz de DIOS, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús". Pero la paz inquebrantable
no es instantánea; se cultiva mediante una relación constante con el Señor.
Un
estilo de vida dependiente en el Señor, es la clave para enfrentar las
tormentas con una calma sobrenatural.
ORACIÓN: Padre Celestial, gracias por la perfecta paz que Tu
nos ofreces, una paz que sobrepasa toda comprensión humana. Reconozco delante
de Ti mi dolor, mi enojo, mi tristeza y lo abrumado que me siento, y se que en
este momento puedo tomar refugio en ti Señor, al ser Tú la Roca a la cual puedo correr y
hallar perfecta paz. Estoy muy agradecido a Tí por ser mi DIOS y por permitirme
tener una preciosa relación Contigo. En el nombre de Jesús. Amén.
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