¿Dónde pasarás la eternidad?
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NUESTRA
CITA PREDESTINADA
by Charles Stanley
APOCALIPSIS 20: 12b “…y fueron abiertos los libros, y también
otro libro, que es el libro de la vida”.
Desde el momento en que nacemos comienza una cuenta
regresiva de nuestra vida. Cada tictac
del reloj nos acerca un paso más a nuestra inevitable cita con DIOS y cada uno
de nosotros estará de pie frente a Él antes de entrar a nuestro destino eterno.
Desgraciadamente, algunos estarán profundamente
decepcionados por lo que habrán de recibir. El mismo Jesús advirtió: “Muchos me dirán en
aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre…? Y entonces les
declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:22, 23).
El único camino para la salvación eterna es la fe en
Jesús. En realidad, nuestro pecado nos ha separado del Padre celestial, pero el
Hijo de DIOS ofrece la solución a este problema universal: Cristo tuvo una vida
perfecta, y luego murió como un pecador en la cruz para pagar la deuda que cada
uno de nosotros tenía. Después de tres
días se levantó de la tumba, derrotando así a la muerte y el mal. Al aceptar su sacrificio a nuestro favor, ya
no tenemos que vivir apartados de DIOS.
Para recibir este maravilloso regalo, debemos
simplemente creer en Jesús y en lo que Él hizo. Como resultado, nos convertimos
en nuevas criaturas (2ª
Corintios 5.17), y pasamos a tener una relación personal imperecedera con nuestro
Padre celestial.
¿Sabes con seguridad dónde pasarás la eternidad?
Es posible que creas que tendrás después tiempo
suficiente para pensar en este importante asunto, pero déjame darte un buen
consejo: no esperes un minuto más para
decidir esta cuestión, porque es posible que ese “después” nunca llegue. Arrepiéntete de tu pecado hoy, y sigue a
Jesús.
ORACIÓN:
Gracias Señor. Gracias por las
muestras de Tu amor. Gracias por
prepararme a recibirte en mi corazón.
Por Cristo Jesús, amén.
Lectura Bíblica:
Apocalipsis 20:11-15
Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado
en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno. Vi también a los muertos, grandes y pequeños,
de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el
libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho,
conforme a lo que estaba escrito en los libros. El mar devolvió sus muertos; la muerte y el
infierno devolvieron los suyos; y cada uno fue juzgado según lo que había
hecho. La muerte y el infierno fueron
arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el
libro de la vida era arrojado al lago de fuego.
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