No sólo de pan
vivirá el hombre...
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ALIMENTO
ALIMENTO
por RITCHIE PUGLIESE
DEUTERONOMIO 8:3 “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te
sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido,
para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale
de la boca de Jehová vivirá el hombre.”
La mejor manera de tener vigor y
salud es mantener una dieta equilibrada y realizar buen ejercicio. Nuestro
cuerpo, cada día, necesita de los alimentos para fortalecerse. La falta de
éllos puede originar debilidad y enfermedad.
Hay personas que se ocupan mucho
de su cuerpo exterior, pero descuidan su ser espiritual, que igual al cuerpo exterior
este debe ser cuidado y alimentado.
Ser fuerte físicamente no
significa serlo también espiritualmente. Nuestro espíritu requiere cada día del
alimento diseñado por DIOS para fortalecerse.
Nuestro
alimento espiritual está en la
Palabra de DIOS (La
Biblia ), y en la intimidad con DIOS por medio de la oración
(nuestro diálogo con El).
Si dejamos de alimentar nuestra
vida espiritual nos debilitaremos y nos transformaremos en raquíticos
espirituales.
Tantas veces alimentamos mal
nuestro espíritu escuchando otras voces en vez de la voz de DIOS; tenemos
puestos nuestros ojos en cosas que no convienen en vez de mantenerlos fijos en
el Señor. Todo eso nos hace débiles espirituales e incapaces de vivir en
victoria cotidiana.
¿Cómo estás alimentando tu
espíritu? ¿Lo estás haciendo con los alimentos que DIOS quiere? En la
actualidad ¿estás alimentando bien tu cuerpo, pero te has olvidado de alimentar
tu Espíritu?
CONFESIÓN DE FE: NO SÓLO DEL PAN COTIDIANO
NECESITO PARA VIVIR SINO TAMBIÉN ALIMENTO MI ESPIRITU CON LA PALABRA DE DIOS Y LA ORACIÓN.
ORACIÓN:
Señor, ayúdame a darle importancia a mi espíritu como lo hago con mi cuerpo. No quiero ser sólo una “caja” fuerte por fuera y débil por dentro. Mi espíritu necesita del alimento de Tú Palabra. Hoy decido empezar a leer Tú Palabra de nuevo. Produce en mí el deseo de hacerlo. Te lo suplico en el nombre de Cristo, amén.
Señor, ayúdame a darle importancia a mi espíritu como lo hago con mi cuerpo. No quiero ser sólo una “caja” fuerte por fuera y débil por dentro. Mi espíritu necesita del alimento de Tú Palabra. Hoy decido empezar a leer Tú Palabra de nuevo. Produce en mí el deseo de hacerlo. Te lo suplico en el nombre de Cristo, amén.
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