domingo, febrero 05, 2012

QUÉ HACER PARA TENER LA PROTECCIÓN DE DIOS...

Qué hacer para tener la protección de Dios...
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Bendiciones,
Enio

Meditación Diaria
ESPARCIDOS
por RITCHIE PUGLIESE
SALMO 68:1 “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, huyan de su presencia los que le aborrecen. (Reina – Valera)
“Cuando Dios entra en acción, sus enemigos se dispersan; los que le odian huyen de su presencia.” (Dios Habla Hoy)
En la antigüedad, cuando un rey permanecía sentado sobre su trono, era una señal segura de que estaba reinando con poder y autoridad sobre todos, incluyendo a sus enemigos, y cuando se levantaba, generalmente era para dar alguna orden, instrucción o mandato a sus súbditos.
En el mundo espiritual sucede lo mismo con Dios.  El está siempre sentado en el trono con poder y majestad, y cuando El se levanta es para ordenar a todos y principalmente a sus enemigos a que sean esparcidos, ¡Y éstos le obedecen y huyen derrotados!
Cuando los enemigos de Dios atacan lo que es de Dios, el Señor con velocidad de la luz se levanta y ordena a sus ángeles, su ejército celestial, a que eliminen y esparzan a los enemigos y protejan a los suyos.
Cada vez que tú y yo somos atacados por nuestros enemigos, por ser hijos del Gran Rey, Dios, tenemos segura protección.  El Señor con voz de mando envía a sus ángeles a socorrernos y a defendernos.
Como hijos e hijas de Dios, nuestros enemigos son los enemigos de Dios, si caminamos en santidad y obediencia para con El.
Lo peor que le puede pasar a alguien es tener como enemigo al Señor.  Por eso, vale la pena acercarse a El por medio de su Hijo Jesucristo para ser perdonados y recibir esta hermosa salvación que nos hace hijos legítimos de Dios.
Si tú estás del lado del Señor, no temas a tus enemigos.  ¡Ellos serán esparcidos por el poder de nuestro Gran Rey! ¡El Señor Todopoderoso!
CONFESION DE FE: ANTE EL PODER DEL SEÑOR TODOS MIS ENEMIGOS HUYEN DERROTADOS
ORACION:Gracias, Dios mío, por Tu ayuda y liberación de todos mis enemigos, que también son Tus enemigos.  Te alabo porque ante Tu gran majestad no hay enemigo que pueda resistirse.  ¡Tú has vencido Señor y por eso te bendigo hoy!  En el Nombre de Tu Hijo Amado, Jesucristo nuestro Señor.  Amén.

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