Puedo descansar en que DIOS me ayudará a enfrentar
las dificultades, un día a la vez.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
UN DÍA A LA VEZ
El Aposento Alto
**Leer Eclesiastés 3:1-11 (RVC)
ECLESIASTÉS
3:1 “Todo tiene su tiempo.
Hay
un momento bajo el cielo para toda actividad”
La primera vez que me
diagnosticaron cáncer, el miedo me provocó un nudo en el estómago. ¿Qué tipo de cirugía deberían hacer? ¿Cuándo comenzaría
la terapia de radiación? ¿Sería necesaria la quimioterapia?
Investigar las
opciones llevó muchas horas porque eran muchos los factores que desconocía. Una
mañana, sintiéndome abrumada, clamé al Señor: «No puedo hacerlo».
Al leer el pasaje de
Eclesiastés recordé que no tenía que hacer todo al mismo tiempo. Nuestro
siempre presente Consolador, el Espíritu Santo, estaría a mi lado, y escuché
que susurraba a mi corazón: «Solo es necesario hacer una tarea a la vez». Mis
hombros se relajaron y mi rostro se iluminó con una sonrisa.
Día a día, converso
con los médicos y planeo los exámenes, pruebas y cirugías. Semana a semana,
controlo las citas y procedimientos médicos de una lista. Finalmente, tras unos
meses, inicié el camino hacia la recuperación.
Esta etapa de mi vida
fue muy difícil, pero sentí a DIOS conmigo en cada momento. No sé qué alegrías
o luchas traerá el futuro, pero tengo paz en el corazón.
Confío en que nuestro Señor ha dispuesto un tiempo para cada
cosa.
OREMOS: Buen DIOS, ayúdanos a descansar en Tí, sabiendo que Nos acompañas en
cada pequeña situación cotidiana.
Por CRISTO
JESÚS, amén.
Sra. Debbie Jones (California, EE.UU.)
**Leer Eclesiastés 3:1-11 (RVC)
Todo tiene su tiempo.
Hay un momento bajo el cielo para toda actividad:
El momento en que se nace,
y el momento en que se muere;
el momento en que se planta,
y el momento en que se cosecha;
el momento en que se hiere,
y el momento en que se sana;
el momento en que se construye,
y el momento en que se destruye;
el momento en que se llora,
y el momento en que se ríe;
el momento en que se sufre,
y el momento en que se goza;
el momento en que se esparcen piedras,
y el momento en que se amontonan;
el momento de la bienvenida,
y el momento de la despedida;
el momento de buscar,
y el momento de perder;
el momento de guardar,
y el momento de desechar;
el momento de romper,
y el momento de coser;
el momento de callar,
y el momento de hablar;
el momento de amar,
y el momento de odiar;
el momento de hacer la guerra,
y el momento de hacer la paz.
¿Qué provecho obtiene el
que trabaja, de todos sus afanes? Me he dado cuenta de la pesada carga que DIOS
ha impuesto a los mortales para humillarlos con ella. En su momento, DIOS todo
lo hizo hermoso, y puso en el corazón de los mortales la noción de la
eternidad, aunque éstos no llegan a comprender en su totalidad lo hecho por DIOS.
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