sábado, agosto 18, 2018

PREDICAR EL EVANGELIO


¿De qué manera predico el evangelio?
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
PREDICAR EL EVANGELIO
El Aposento Alto
**Leer 1a Tesalonicenses 2:9-13
GALATAS 5:14 “Porque toda la ley se cumple en esta sola palabra: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».” (RVC)
Recuerdo que, en algún momento de mi niñez, mamá fue mi maestra en la escuela dominical. En una clase nos sugirió que pensáramos que éramos espejos que reflejaban el amor de Cristo a otras personas con nuestras acciones.
Durante años escuché que es necesario que las personas cristianas sean testigos de Cristo, pero como supuse que se trataba de confrontar de forma agresiva a los creyentes, esto me preocupaba.
Sin embargo, al recordar las palabras de mamá sobre reflejar el amor de Cristo, me tranquilicé. No está en mi naturaleza hablar de Cristo confrontando a alguien. En cambio, me conforta saber que otras personas puedan ver el amor del Señor si le doy a Cristo el crédito del amor que expreso, ya sea cara a cara o mediante las meditaciones que escribo.
Compartir el amor es una manera de predicar el evangelio. Cada uno de nosotros y nosotras ha sido llamado a compartir el amor de DIOS con los demás. Esta tarea es nuestro propósito en la vida. Compartir con otras personas es servirles. Entregamos a otros lo que recibimos de DIOS. Servimos a DIOS sirviendo a la humanidad, y cuando nuestras acciones confirman lo que creemos.
OREMOS: Gracias, SEÑOR, por permitir que CRISTO brille a través de nuestras vidas para que otros lo vean. Ayúdanos a recordar que es Tu luz la que brilla a través de nosotros. Por Cristo Jesús, amén.
Sra. Dusty Reed (Nevada, EE.UU.)
**Leer 1a Tesalonicenses 2:9-13
EL APÓSTOL PABLO ESCRIBE A LOS DE TESALÓNICA:
Hermanos, ustedes se acordarán de nuestros trabajos y fatigas, y de cómo noche y día nos dedicamos a predicarles el evangelio de DIOS, sin ser una carga para nadie. Ustedes son testigos, y DIOS también, de que nos hemos comportado con ustedes los creyentes de manera santa, justa e intachable. Ustedes saben, además, que los hemos exhortado y consolado, como lo hace un padre con sus hijos, y les hemos recomendado vivir con dignidad ante DIOS, que los llamó a Su reino y gloria.
Por eso también nosotros siempre damos gracias a DIOS de que, cuando ustedes recibieron la palabra de DIOS que nosotros les predicamos, no la recibieron como mera palabra humana sino como lo que es, como la palabra de DIOS, la cual actúa en ustedes los creyentes.
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