Cuando el arroyo se seca, puedo confiar en que DIOS
proveerá.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
CUANDO EL ARROYO SE SECA
El Aposento Alto
**Leer 1 Reyes
17:1-9 (RVC)
1a REYES
17:7 “Pero después de algunos días el arroyo se secó,
porque no había llovido sobre la tierra.”
Fue un
miércoles por la mañana cuando el jefe me llamó a su oficina. En lugar de
recibir el informe habitual, me pagó indemnización por despido. Al conducir a
casa, conteniendo las lágrimas, pensaba en mi hijito de 4 meses de edad, que
había requerido una cirugía de corazón al nacer. Llevaba sobre mis hombros la
pesada carga de pagar las citas en el hospital y las facturas por el tanque de
oxígeno. ¿Cómo haré frente a los gastos que requiere el bienestar de mi hijo si
no tengo ingresos?
A menudo no
comprendemos por qué nos toca afrontar pruebas como éstas. Pero el mismo
profeta Elías debió soportar tres años de sequía, viviendo solo del pan que le
llevaban los cuervos y del agua del arroyo. Cuando había perdido toda
esperanza, Elías aprendió a confiar en el cuidado de DIOS. Su rescate sucedió
solo cuando el arroyo se secó.
DIOS conoce nuestras necesidades mejor que nosotros
mismos. A veces no recibimos la ayuda que creemos nos hace falta. Pero al igual
que el apóstol Pablo, podemos aprender a glorificar en medio del sufrimiento
para que se manifieste la fortaleza de DIOS: “pero el Señor me ha dicho: «Mi amor es todo lo que necesitas;
pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.» Así que prefiero
gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” (2ª Corintios 12:9 DHH).
En otros momentos la respuesta es mejor que lo que
podríamos haber soñado. Una semana después de quedar desempleado, DIOS me
proveyó con un empleo mejor. Ahora mi hijo está sano y creciendo. Nuestra fe
florece cuando confiamos en el momento oportuno del Señor.
OREMOS: DIOS de Esperanza, ayúdanos a confiar en Tu sabiduría
en los tiempos de sequía de modo que podamos fundamentar nuestra fe en Tí y no
en nosotros mismos. Por Cristo Jesús, amén.
Sr. Daniel Mynyck
(Colorado, EE.UU.)
**Leer 1 Reyes17:1-9(RVC)
ELÍAS PREDICE
LA SEQUÍA
Elías, un tisbita que vivía en Galaad,
fue a decirle a Ajab: «Vive el Señor, DIOS de Israel, en cuya presencia estoy,
que en los años que vienen no va a llover, y ni siquiera va a caer rocío, a
menos que yo lo diga.»
Además, la palabra del Señor vino a Elías
y le dijo: «Sal de este lugar y vete al oriente; escóndete allí, cerca del
arroyo de Querit, frente al río Jordán. Saciarás tu sed en el arroyo, y ya he
mandado a los cuervos que te lleven de comer.»
Elías fue obediente a la palabra del
Señor, y se fue a vivir cerca del arroyo de Querit, frente al río Jordán. Los
cuervos llegaban por la mañana y por la tarde, y le llevaban pan y carne, y él
bebía agua del arroyo. Pero después de algunos días el arroyo se secó, porque
no había llovido sobre la tierra.
ELÍAS Y LA
VIUDA DE SAREPTA
La palabra del Señor vino a Elías y le
dijo: «Deja este lugar y vete a vivir por algún tiempo en Sarepta de Sidón. Ya
he dispuesto que una viuda que allí vive te dé de comer.»
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