La mejor herencia que puedo dejar a las generaciones
más jóvenes es el ejemplo de una vida piadosa.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LA HERENCIA ESPIRITUAL
El Aposento Alto
HECHOS 3:6 “Pero Pedro le dijo: — No tengo plata ni oro,
pero lo que tengo
te doy: en el nombre de JESUCRISTO de Nazaret, levántate y anda.” (DHH)
Mis padres nos
criaron a los cinco hermanos con un ingreso muy escaso. Papá contaba con una
educación muy básica y mamá era analfabeta. En momentos en que ninguna de las
familias cristianas de nuestra área contaba con una Biblia, mi padre compró una
para mí antes de nacer. Un día, cuando tenía once años de edad, papá me habló
de la Biblia y compartió parte de la lectura de hoy «Pruébenme
en ésto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del
cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde». (Malaquías 3:10, NVI)
Escuchar a mi padre leer las Escrituras me conmovió
profundamente y me convertí al Señor. Yo no heredé oro o plata de mis padres,
pero me legaron un gran amor por DIOS y Su palabra. Las bendiciones que he
disfrutado a lo largo de mi vida son consecuencia de esta herencia espiritual.
Ahora, al ser
padre y abuelo, el objetivo de mi vida es hacer lo mismo con mis hijos y
nietos. Les enseño que si tenemos todo el mundo a nuestra disposición, pero no
tenemos al Señor, no tenemos nada. Por otro lado, si no tenemos nada, pero
tenemos al Señor, somos más ricos que si tuviésemos todo el mundo.
OREMOS: Padre Amado, gracias por la herencia divina que hemos recibido.
Ayúdanos a compartir Tu amor con las próximas generaciones. En el amor de
CRISTO, amén.
Sr. Ishwarbhai
Hirabhai Dabhi (Gujarat, India)
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