En un mundo desesperado ya con
tantos muros, el amor de Cristo viene a unirnos, en torno a su mesa, en paz.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
VIERNES, 11 OCTUBRE
DE 1968
El Aposento Alto
**Leer Efesios 2:13-22
EFESIOS 2:14 “Porque
él es nuestra paz. De dos pueblos hizo uno solo,
al derribar la
pared intermedia de separación,” (RVC)
EL señor
G.G. Parker, escribía aproximadamente hace un año, en la revista Pulpit Digest
y decía: «No podemos describir la historia de la
tragedia del mundo de hoy sin hablar de muros». Los muros separan a los
hombres. JESÚS vino para derribarlos y entonces ofrecer una Mesa de Comunión
puesta entre los hombres y DIOS y entre hombres y hombres.
Parker
escribió acerca de una significativa experiencia que tuvo en Afganistán cuando
él participaba en un servicio de Santa Comunión en Kabul. El pan que allí se
usó había sido cocido por los musulmanes y puesto a la venta en una panadería
construída por los comunistas rusos. El trigo había sido proporcionado por
cristianos de los Estados Unidos. Aquel pan «que
procedía de los muros de separación racial, religiosa y política, vino a ser el
símbolo del unificador Cuerpo de Cristo».
OREMOS: Señor JESÚS, permite que sea Tu espíritu de amor
el que abrace al mundo hoy. Derrumba hoy por Tu amor crucificado los muros y las barreras
que nos dividen. Congrega de tal manera a aquellos hijos Tuyos que toman el pan
y beben la copa, que puedan todos
llegar a ser
uno en Tí. Por amor de Tu nombre. Amén.
Sr.
David Irvine (Ontario, Canadá)
**Leer Efesios 2:13-22 (RVC)
Pero ahora, en Cristo JESÚS, ustedes, que en
otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz. De dos pueblos hizo uno solo,
al derribar la pared intermedia de separación y al abolir en su propio cuerpo las enemistades. Él puso fin
a la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo,
de los dos pueblos, una nueva humanidad, haciendo la paz, y para reconciliar
con DIOS a los dos en un solo cuerpo mediante la cruz, sobre la cual puso fin a
las enemistades. Él vino y a ustedes, que estaban lejos, les anunció las
buenas nuevas de paz, lo mismo que a los que estaban cerca. Por medio de él,
unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu. Por lo tanto,
ustedes ya no son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos
y miembros de la familia de DIOS, y están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas, cuya principal piedra angular es Jesucristo mismo. En Cristo, todo el
edificio, bien coordinado, va creciendo para llegar a ser un templo santo en el
Señor; en Cristo, también ustedes son edificados en unión con él,
para que allí habite DIOS en el Espíritu.
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