Reconocer la
soberanía de DIOS es clave para desarrollar paciencia
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL FRUTO ESPIRITUAL DE LA PACIENCIA
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ROMANOS 5:1-4 “Puesto que Dios ya nos
ha hecho justos gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo. 2 Pues por Cristo hemos podido acercarnos a Dios por medio de la fe, para
gozar de su favor, y estamos firmes, y nos gloriamos con la esperanza de tener
parte en la gloria de Dios. 3 Y no sólo ésto, sino que también nos gloriamos de los
sufrimientos; porque sabemos que el sufrimiento nos da firmeza para soportar, 4 y esta firmeza nos permite salir aprobados,
y el salir aprobados nos
llena de esperanza.”
(DHH)
La lista conocida como “el fruto
del Espíritu” incluye la “paciencia” (Gálatas 5:22-23), pero éso no
significa que el Espíritu Santo la imponga en la vida del creyente. Por el
contrario, ÉL actúa como nuestro Maestro confiable, y el que hace posible que
crezcamos. El fruto espiritual es algo que madura con el tiempo a medida que
obedecemos al Padre Celestial y nos rendimos a Su voluntad.
La paciencia
para con DIOS y para con nuestro prójimo es consecuencia de una fe firme. El
Espíritu Santo nos impulsa a prestar atención a la obra del Señor a lo largo de
nuestra vida. Nuestra confianza en ÉL se nutre por la oración contestada, por
las ricas bendiciones que surgen de las circunstancias difíciles, y por cada
migaja de bien que DIOS saca de una situación negativa. A medida que crece
nuestra confianza en Su bondad y en Su soberanía, nos hallamos más dispuestos a
esperar las soluciones y las respuestas de DIOS.
De hecho, creo
que reconocer la soberanía de DIOS es clave para desarrollar paciencia. Una parte
importante de rendirse a Su control absoluto es esperar que Él haga su
voluntad. Es sabio comprender que nuestra vida se desarrolla de acuerdo con Su
plan maestro; la impaciencia no hace que ÉL se mueva más rápido. DIOS espera
que Sus hijos sigamos Su plan y seamos pacientes, sin importar el ritmo que ÉL
fije.
La paciencia
no es algo natural. Es por éso que tenemos al Espíritu Santo. ÉL fortalece
nuestra determinación a ser pacientes sin quejarnos cuando el avance parezca
lento. Después de todo, DIOS es lento sólo desde el punto de vista humano;
desde la perspectiva divina, ÉL trabaja siempre a la velocidad perfecta.
OREMOS: Señor,
gracias por escuchar mis oraciones y te pido que a través del Espíritu Santo me
ayudes a conseguir la paciencia
que necesito para
superar mis problemas y preocupaciones.
Te lo pido en el
nombre de Cristo, amén.
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