Mi comportamiento…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL SERVICIO A LOS DEMÁS …
Matt Woodley
MATEO 20: 26-27
"26 Pero entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande
entre vosotros será vuestro servidor, 27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo."
Cada
año, la revista Forbes publica su lista de las 100 personas más famosas del
mundo. Es indudable que a nuestra sociedad le encantan las celebridades. Estas
personas parecen tenerlo todo —fama, poder, belleza, influencia y admiración de
las masas—. ¿Quién no querría ser como éllas, al menos en pequeña escala?
Lamentablemente,
el mal asociado con la adoración a las celebridades puede convertirse
rápidamente en un verdadero caso de envidia; y al recordar a los discípulos de
Jesús, podemos observar que sin dudas mostraron señales de ese mismo mal.
Durante
tres años, el Señor había estado enseñándoles a tomar un camino totalmente
diferente al de una celebridad —uno de anonimato y humildad, bondad en secreto
y acciones de misericordia—. Pero en el capítulo 20 de Mateo, los discípulos todavía
no han aprendido la lección.
Esta
es la tercera vez que Jesús repite los horribles detalles de su muerte
inminente, lo cual debería haber consternado y devastado a sus discípulos. En
vez de eso, Jacobo y Juan comienzan a pugnar por los mejores asientos en el
reino. Jesús va a la cruz, y éllos quieren ser estrellas.
Entonces
las cosas empiezan a volverse un caos. Los otros 10 discípulos “se enojaron
contra los dos hermanos”, y comenzaron a envanecerse y a jactarse con los
clamores de todo aspirante a celebridad: “Fíjense en mí”, “yo estaba primero”,
y “yo soy mejor que ustedes”.
Entonces,
Jesús entra en escena, primeramente amonestándolos en cuanto a la manera
equivocada de vivir. “Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de
éllas”, les dice. A lo largo de la historia humana, esta manera
equivocada ha parecido completamente natural. No es de extrañar que la receta
de Jesús en cuanto a la manera correcta de vivir se considerara
escandalosamente anormal: “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera
hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor” (vv. 25-27).
Pero,
además, el Señor Jesús no nos da simplemente un buen consejo; también se
convierte en nuestro servidor al “dar su vida en rescate por muchos” (v. 28). Un rescate es un pago que se hace a favor de alguien
mantenido cautivo en contra de su voluntad. En este sentido, los discípulos no
eran solamente rehenes de un conquistador romano opresor; también eran cautivos
de su apego a la fama, el poder y los privilegios.
Así
que Jesús ha tomado nuestro lugar; murió la muerte que nosotros debiéramos
haber padecido. A la luz de Su grandeza y de Su humildad, no importa a quien
Forbes anuncie a los cuatro vientos el próximo año, solamente hay espacio para
una verdadera celebridad.
Por Su
vida, muerte y resurrección, el Señor Jesús se ha apoderado de modo definitivo
del primer lugar en la única lista que importa. Felizmente, por Su gracia, este
humilde Rey nos invita a unirnos a ÉL como Sus invitados en el escenario de la
redención.
ORACIÓN: Padre Celestial. Perdóname por las veces en que
en mi corazón he sido vanidoso y soberbio. Ayúdame a aceptar Tu voluntad y a
servirte mejor cada día. Que lo que haga sea en servicio a los demás sea de Tu
agrado. Que así como me ayudan yo ayude también. Y que cómo actúe y me comporte
de acuerdo a Tu voluntad. En el nombre de Cristo, amén.
Lectura Biblica - MATEO 20:17-28 (RVR1995)
JESÚS ANUNCIA POR TERCERA VEZ SU MUERTE
17 Mientras
subía Jesús a Jerusalén, tomó a sus doce discípulos aparte y les dijo por el
camino: 18 «Ahora
subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los principales
sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte 19 y lo
entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen;
pero al tercer día resucitará.»
PETICIÓN DE SANTIAGO Y DE JUAN
20 Entonces se
le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y
pidiéndole algo.
21 Él le dijo: —¿Qué
quieres?
Ella le dijo: —Ordena que en tu Reino estos dos hijos
míos se sienten el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
22 Entonces
Jesús, respondiendo, dijo: —No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que
yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?
Ellos le respondieron: —Podemos.
23 Él les dijo:
—A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado
seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda no es mío
darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre.
24 Cuando los
diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos.25 Entonces
Jesús, llamándolos, dijo: —Sabéis que los gobernantes de las naciones se
enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26 Pero entre
vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será
vuestro servidor, 27 y el que
quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 28 como el Hijo
del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida
en rescate por todos.
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