lunes, septiembre 11, 2006

PARA LOS TIEMPOS DIFÍCILES...

Para los tiempos difíciles...
Bendiciones,
Enio

ALIENTO DEL CIELO PARA CADA DIA
Meditación Diaria
por RITCHIE PUGLIESE

CONSOLACIONES
SALMO 94:19 En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma.

La vida puede traernos tiempos de alegría y también tiempos de angustias; tiempos de triunfos y tiempos de derrotas; tiempos de éxitos y tiempos de fracasos.
Como cristianos debemos aprender la manera de permanecer fieles a Dios, cualquiera sea la circunstancia que atravesemos.
En los tiempos de alegría y triunfo no se necesita recibir consolación, pero en los tiempos difíciles es muy necesario para no hundirnos en la depresión y poder salir adelante en el nombre del Señor.
El pasaje de este día fue escrito por el salmista en un momento difícil de su vida. Seguramente, como te está sucediendo a ti en este momento difícil de tu vida, la mente del escritor "giraba" a miles de vueltas por minuto intentando encontrar una salida a esa difícil situación. Es en esos momentos donde debemos cuidar lo que pensamos, pues generalmente los pensamientos que nos vienen son de derrota, frustración y desesperación.
El pasaje de hoy dice que en medio de esos pensamientos destructivos irrumpe el Favor, la Gracia y la Consolación del Señor. Esto no puede explicarse pero ¡sí puede experimentarse!, es la misma presencia de Dios, el Espíritu Santo, que vendrá sobre tu vida con un viento renovador, esperanzador, consolador y sanador para ayudarte a no hundirte más en tu difícil situación presente, sino a levantarte victorioso continuando por el sendero de la vida.
Las consolaciones de Dios son la alegría de nuestra alma, son las aguas refrescantes en medio del desierto de la vida.
Tú en este mismo momento puedes experimentarla pues el Señor, que conoce tus tristezas, quiere renovarte enviándote alegría desde el cielo.

CONFESION DE FE:
LAS CONSOLACIONES DE DIOS VIENEN A ALEGRAR MI ALMA ENTRISTECIDA

ORACION:
¡Te alabo Señor porque en medio de mis tormentas siempre estás Tú para no sólo librarme, sino también para renovarme interiormente y darme esperanza y fuerzas para seguir! ¡Dios mío, Tú eres la verdadera alegría de mi alma! Gracias. En el nombre de Jesucristo, amén.

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