Instrumentos del SEÑOR.
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
VISITAS CON ALAS
Renuevo de Plenitud
MATEO 6:26 “Miren las aves que vuelan
por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin
embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves!”
Cada
día, cuando estoy en mi cocina, recibo la delicada, preciosa y esperada visita
de una parejita que he aprendido a apreciar. Aunque libres como el viento,
todos los días -y a veces, varias veces el mismo día-, se acuerdan de hacer una
paradita para saludarme y acompañarme.
Por
éllo le estoy agradecida a su dueño, quien se los permite. Lo cierto es que
tengo ya casi 3 años de experimentar estos encuentros. Además de otros muchos
visitantes que pululan por el área, esta parejita es la que siempre llega y se
posa de forma tranquila y agradable sobre el techado de mi garaje, regalándome
todo un espectáculo.
Su
acicalamiento, el uno a la otra, me enseña tanto sobre su ternura y
delicadeza... ¡me encanta ver cómo se tratan!
Invariablemente,
me hace sentir alegre el verlas aterrizar cada día. Es evidente que ellas
desconocen que hay momentos en que me encuentro muy ajetreada y acalorada, o
que algunas veces me siento decaída o simplemente estoy terriblemente cansada.
O quizás exhibo de momento un temperamento poco cordial. Pero así sin previo
aviso me llega de repente la visita.
Se
ponen tan cerquita de mí, al alcance de mi mano, sin ningún temor. Y es que
parecieran darse cuenta de que están seguras al otro lado de la malla de la
ventana, y que yo soy la encerrada. Me causan tanta gracia y hacen que cambie
mi estado anímico en el que me encuentre. Muchas veces hasta me hacen hablarles
como si fueran otro ser humano, como si pudieran entenderme. Es más, a veces me
pregunto si me comprenden porque al emitirles algunos sonidos se ponen más
cerquita a mi ventana, llevándome a saludarlas y hasta cantarles.
Yo
creo que éste es un encuentro divino y maravilloso, en verdad muy relajante y
grato para mí y mi familia.
En
medio de todas estas visitas, he podido comprender la profundidad de la Palabra de DIOS cuando nos
anima a no preocuparnos por "qué comeremos o qué vestiremos, que nos fijemos en
las aves de los cielos que no siembran ni cosechan ni almacenan, sin embargo el
Padre Celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho mas que ellas?" (Mateo 6:26).
La
gracia del espectáculo que nos regalan nos hace ser instrumentos del SEÑOR y
recompensarlas con alpiste todas las veces que llegan. No me cabe la menor duda
de que así mismo nuestro SALVADOR se encarga de suplirnos tan sólo porque se
deleita en nuestro amor por ÉL. ¡Gracias a las cosas mínimas que nos enseñan
tanto en la vida!
Ana
de Irigoyen
OREMOS: Gracias PADRE Celestial por las
bendiciones recibidas durante la semana y por las muestras de TU amor. En el nombre de CRISTO, amén.
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