La oración es un arma
indestructible y está al alcance de todos..
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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
EL ALTO COSTO DE NO ORAR
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ISAÍAS 40:28-31 “¿Acaso no te has
enterado? El Señor es el DIOS eterno, creador de los confines de la tierra. No
se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado
y acrecienta las fuerzas del débil. Aún los jóvenes se cansan, se fatigan, y
los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las
águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán”.
El
PADRE Celestial quiere que SUS hijos hablen con ÉL. JESÚS ha extendido una
invitación para que hablemos con DIOS de lo que sea. ÉL dijo que si tenemos una
necesidad, pidamos; si buscamos respuestas, las tendremos; y si queremos que se
abran oportunidades, toquemos y ÉL responderá.
Aún
así, hay creyentes que no se comunican con el SEÑOR, excepto en las
emergencias. Descuidar la oración es costoso para el bienestar de la persona.
Quienes no sacan tiempo para DIOS cada día, están en una pendiente resbalosa.
Se deslizan hacia el agotamiento, el desánimo y las dudas, para caer en una
situación que daña su testimonio.
Ciertas
situaciones exigen un precio emocional, físico y espiritual -que llamaremos
cargas-. Esto puede agotarnos si tratamos de soportarlas solos. Pero DIOS no
quiere que tengamos ese peso sobre nuestros hombros.
En
efecto, la Biblia
manda que esas cargas sean puestas en el SEÑOR (Salmo 55:22 ”Deja tus preocupaciones al Señor, y él te mantendrá
firme; nunca dejará que caiga el hombre que lo obedece”). “Bendito sea
el Señor… que día tras día sobrelleva nuestras cargas”,
clama David en Salmo 68:19.
Recuerda
que DIOS está haciendo todo el trabajo para dar un giro a tus circunstancias.
Por tanto, no hay necesidad de que tú sigas llevando esa carga.
Arrastrar preocupaciones y ansiedades es agotador, porque no
estamos hechos para tales cargas. En el plan de DIOS, SU fuerza llena por
completo al creyente. Imagina los hombros de JESÚS sobre los tuyos cargando con tus
problemas. La carga no desaparecerá, pero la sentirás felizmente más liviana si
se la entregas al SEÑOR.
OREMOS: DIOS misericordioso,
te pido perdón porque he descuidado mi relación Contigo y porque siempre
acudo a TÍ cuando estoy en dificultades. Ayúdame a separar un tiempo en el día para
conversar Contigo. Gracias por las muestras de TU amor.
En el amor de CRISTO JESÚS, amén.
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