Todos tenemos una función vital
en el cuerpo de Cristo, la iglesia.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NO TAN SIMPLE COMO
PARECE
Nuestro
Pan Diario
**Leer 1a
Corintios 12:20-27
1a
CORINTIOS 12:27 “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno
en particular.”
Asiste a un
rodeo en el que compitan para enlazar un animal desde un caballo, y los verás:
participantes con cuatro dedos y un muñón donde debería estar el pulgar.
Es una
lesión habitual en este deporte: el pulgar queda atrapado entre la soga por un
lado y un animal tironeando del otro, y por lo general, el dedo es el perdedor.
Esta lesión no termina con la carrera del competidor, pero sí cambia las cosas.
Sin el
pulgar, intenta cepillarte los dientes, abotonar una camisa, peinarte, atarte
los zapatos o incluso comer. Este pequeño y pasado por alto miembro del cuerpo
tiene un papel fundamental.
El apóstol
Pablo señala un escenario similar en la iglesia. Aquellos que suelen ser menos
visibles o que se escuchan menos experimentan a veces un “no te necesito» de
parte de otros “ (1a Corintios
12:21). A menudo, esta idea se refleja solo en actitudes, pero en ocasiones, se
dice en voz alta.
DIOS nos
llama a mostrar igual interés y respeto unos por otros (v. 25). Todos los
creyentes somos parte del cuerpo de CRISTO (v. 27), sean cuales sean los dones
que hayamos recibido, y nos necesitamos mutuamente. Algunos son ojos u oídos
—por decir así—, y algunos son pulgares. Pero todos tenemos una función vital
en el cuerpo de CRISTO, la iglesia; y a veces, más de lo que parece.
Si piensas que eres un miembro insignificante,
memoriza 1a Corintios 12:27: “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y
miembros cada uno en particular.”
OREMOS: PADRE, que recordemos que solo TÚ eres la
Cabeza. En el amor de CRISTO, amén.
**Leer 1a
Corintios 12:20-27
21 Ni el ojo puede decir a la mano: «No te necesito», ni tampoco la
cabeza a los pies: «No tengo necesidad de vosotros». 22 Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son
los más necesarios; 23 y a aquellos miembros del cuerpo que nos
parecen menos dignos, los vestimos más dignamente; y los que en nosotros son
menos decorosos, se tratan con más decoro, 24 porque los que en nosotros son más decorosos no
tienen necesidad. Pero Dios ordenó el cuerpo dando más abundante honor al que
menos tenía, 25 para que no haya divisiones en el cuerpo, sino
que todos los miembros se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con
él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.
27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo y miembros cada uno en
particular.
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