Confía en el Señor…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
CUANDO SOMOS UN MILAGRO
Renuevo de Plenitud
PROVERBIOS 29:25b “El que confía en el Señor estará protegido.”
Era invierno y conducía de vuelta a
casa, nos cuenta un interno de medicina, alrededor de las cinco de la tarde
después de haber participado en una reunión de trabajo.
El tránsito estaba insoportable y me
encontraba atascado, cuando el auto comenzó a fallar y se apagó. A duras penas
pude empujarlo a una estación de gasolina, contento no sólo por no estar
obstruyendo el tráfico, sino por estar en un lugar más tranquilo y poder esperar
a la grúa.
Antes de que pudiera hacer la llamada pidiendo
que venga la grúa, vi a una mujer saliendo de la tienda del grifo que se
resbaló sobre el hielo y cayó sobre un dispensador de combustible, por lo que
me levanté y fui a ver cómo estaba.
Cuando llegué donde estaba ella, la
encontré llorando. Era una mujer joven que se veía bastante desaliñada con
ojeras alrededor de sus ojos. Cuando la ayudaba a levantarse se le cayó algo y
lo recogí para dárselo. Era una moneda de cinco centavos.
En ese momento, todo quedó claro para mí.
La mujer llorando, la antiquísima camioneta repleta de cosas con tres muchachos
en la parte de atrás y el dispensador de combustible leyendo $4.95.
Le pregunté si todo estaba bien y si
necesitaba ayuda, y ella me contestó: -"No quiero
que mis hijos me vean llorando"-, así que nos paramos al lado
opuesto del dispensador a su auto.
Ella dijo que conducía hacia California
y que las cosas estaban muy difíciles para ella en ese momento. Así que le
pregunté: -"¿Ha estado orando? DIOS la oyó y me
envió"-.
Saqué mi tarjeta de crédito y la pasé
por el lector de tarjetas para que pudiese llenar el tanque de su auto, y
mientras cargaba el combustible, me dirigí al McDonald's de al lado y compré
dos grandes bolsas de comida y una gran taza de café. Ella le dio la comida a
los muchachos, quienes cayeron como lobos, y nos quedamos parados junto al
dispensador comiendo papitas fritas y conversando un poco.
Me dio su nombre y compartió que vivía
en Kansas City. Su pareja la había abandonado hacía dos meses y no había podido
arreglárselas sola. Sabía que no tendría dinero para pagar la renta por lo que,
finalmente, había llamado a sus padres, con quienes no se había comunicado en
cinco años. Ellos vivían en California y le dijeron que podía mudarse con ellos
y comenzar de nuevo allá.
Así que empacó todo lo que poseía en la
camioneta. Les dijo a los muchachos que se iban a California para Navidad, pero
no que se mudaban para allá.
Le di mis guantes, un breve abrazo y
dije una rápida oración a su favor por seguridad en el viaje. Al dirigirme a mi
auto, ella dijo: -"¿Así
que Ud. es un ángel o algo parecido?"- Eso, definitivamente, me
hizo sonreír. Le dije: -"Querida, para esta
época, los ángeles están muy ocupados, así que a veces, DIOS utiliza a gente
normal"-.
Fue tan increíble ser parte del milagro
de alguien. Y, por supuesto, como pueden imaginarlo, cuando me subí a mi auto,
encendió de una vez y me llevó a casa sin problema alguno. Lo meteré al taller
mañana para revisarlo, pero sospecho que el mecánico no hallará problema alguno
con él.
Algunas veces los ángeles vuelan tan cerca
de uno que podemos escuchar el batir de sus alas.
Enviado por
Tony Irigoyen
Nunca dejes de creer en DIOS y en los
milagros que ÉL hace.
Sobre todo no menosprecies la oportunidad
de ver cuando DIOS
te convierte en un milagro para otros. Hoy
podría ser uno de esos días. Que DIOS te bendiga.
OREMOS: SEÑOR, gracias porque TÚ
utilizas a tantas personas para hacer los milagros que haces. Permite SEÑOR que
yo también pueda ser un medio que TÚ uses para bendecir a otros.
Te lo pido en el nombre CRISTO, nuestro
SEÑOR, amén.
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