martes, octubre 16, 2007

¿DE QUIÉN PODRÉ TENER MIEDO?

¿De quién podré tener miedo?.
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Bendiciones,
Enio

ALIENTO DEL CIELO PARA CADA DIA
Meditación Diaria

por RITCHIE PUGLIESE

TEMER
Salmos 27:1
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? (R y V)
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer? (DHH)

Las imágenes de una película de terror pueden originar en nosotros una serie de sensaciones y reacciones ¡especialmente si la estamos viendo solos! Empezamos a sentir en nuestro interior el acelerado latir del corazón y una serie de ruidos alrededor nuestro que antes no percibíamos. Experimentar el temor es una de las peores sensaciones del ser humano.

La vida trae consigo diversos temores. Puede ser temor al fracaso de una relación amorosa; temor a ser despedido del trabajo; temor a perder un ser querido; temor a que los análisis den negativo, etc.
Existen infinidades de situaciones en las cuales el temor puede fluir de nuestro ser interior. El pasaje de hoy nos enseña que el salmista experimentó en mayor o menor grado los mismos temores que tú y yo atravesamos. Lo que él hizo es lo que nosotros hoy debemos hacer: No dejarnos dominar por el temor. Es por eso que él confiadamente proclamó que si el Señor estaba de su lado no había persona o situación que lo hiciera temer.

Es imposible evitar que los temores lleguen a nuestras vidas, lo importante es detenerlos en el Nombre de Jesús pues El, sólo El, es nuestra luz, salvación y fortaleza. ¡Dejemos de temer y empecemos a creer, pues si empezamos a temer dejaremos de creer!
CONFESION DE FE:
DESECHO LOS TEMORES DE MI VIDA, EN EL NOMBRE DE JESUS. ¡VIVO SEGURO BAJO LA COBERTURA DE MI DIOS!
ORACION:
Tu bien sabes Señor la causa de mis temores, que no provienen de ver ninguna película de terror. Más allá de las causas naturales que tenga para temer, decido en este día renunciar a todo espíritu de temor y me cubro con Tu Gloriosa Presencia que me da tranquilidad y seguridad en medio de mis tormentas. ¡Gracias Jesús porque contigo mi viaje es seguro! En Tu Santo Nombre, amén.

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