¿Cuál es tu decisión?
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Bendiciones,
Enio
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(Para sacarle el máximo provecho a este
devocional, lea los pasajes a los que se hacen referencia.)
Todos sabemos que Zaqueo era un “hombre pequeño” que se subió a un árbol
sicómoro, un acto poco digno, para ver al Señor JESÚS:
ZAQUEO
19 Jesús entró en Jericó. 2 Allí vivía Zaqueo, un
hombre muy rico que era jefe de los cobradores de impuestos. 3 Zaqueo salió a la calle
para conocer a Jesús, pero no podía verlo, pues era muy bajito y había mucha
gente delante de él. 4 Entonces
corrió a un lugar por donde Jesús tenía que pasar y, para poder verlo, se subió
a un árbol de higos.
5 Cuando Jesús pasó por allí, miró hacia arriba y le dijo:
«Zaqueo, bájate ahora mismo, porque quiero hospedarme en tu casa.»
6 Zaqueo bajó enseguida, y con mucha alegría recibió en su
casa a Jesús.
7 Cuando la gente vio lo que había pasado, empezó a
criticar a Jesús y a decir: «¿Cómo se le ocurre ir a la casa de ese hombre tan
malo?»
8 Después de la comida, Zaqueo se levantó y le dijo a
Jesús:
—Señor,
voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo. Y si he robado algo,
devolveré cuatro veces esa cantidad.
9 Jesús le respondió: —Desde
hoy, tú y tu familia son salvos, pues eres un verdadero descendiente de
Abraham.
Lucas 19:1-9 (TLA).
Pero ¿cuál fue su
motivo? Desde la perspectiva del mundo, Zaqueo tenía todas las de perder y nada
que ganar con el encuentro con Cristo. Sin embargo, eso no lo detuvo. A pesar
de su influencia y su riqueza, sentía que había algo más en la vida. Y quizás
también sintió que había Alguien que
amaría incondicionalmente incluso a un despreciado recaudador de impuestos.
Cuando el Señor JESÚS
dijo que se quedaría en la casa de Zaqueo, el hombre “descendió aprisa, y le
recibió gozoso” (Lucas 19:6). Luego ese gozo se desbordó en acción. Después de
encontrarse cara a cara con el Salvador, Zaqueo se comprometió a dar la mitad de
sus bienes a los pobres y a devolver cuatro veces la cantidad que había
extorsionado. Al abrir sus manos para devolver el dinero, pudo alcanzar la
mayor bendición que le ofrecía el Señor JESUCRISTO.
PIENSA EN ESTO:
¿Hay algo en tu vida a lo que DIOS te está llevando a renunciar?
Si es así, ¿cuál es el motivo de tu
vacilación?
OREMOS: PADRE Celestial. Ayúdame a ser una persona humilde y generosa
con mis seres queridos y con los necesitados, que te busca y quiere un
encuentro Contigo. En el nombre de nuestro Señor JESUCRISTO, amén.
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