Más que vencedores.
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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
LA VICTORIA ES TUYA
ROMANOS
8:37-39 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó. Por
lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades,
ni
lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de DIOS,
que
es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Hay una anécdota acerca de
un boxeador que acababa de ganar la pelea por el campeonato mundial de los
pesos completos. El hombre tenía la cara
hinchada por los golpes recibidos, tenía heridas sobre las cejas, los labios
partidos y manchas de sangre por varios lugares del cuerpo.
El maestro de ceremonias le
levanta un brazo al nuevo campeón y proclama en voz muy alta: “¡ÉSTE ES EL
VENCEDOR!” Entonces le extiende un cheque por un millón de dólares. En ese
momento sube al cuadrilátero la esposa del boxeador y le quita el cheque de las
manos. El maestro de ceremonias la mira por unos segundos, y entonces grita:
“¡Y ÉSTA ES MÁS QUE VENCEDORA!”. Aquella que no hizo absolutamente nada, se
llevó la recompensa.
De manera similar sucedió con
nosotros en el aspecto espiritual. JESUCRISTO sufrió las torturas, las
humillaciones y la horrible muerte en la cruz, donde derramó SU sangre con el
fin de pagar nuestra deuda con DIOS y que nuestros pecados fueran perdonados. Al tercer día se levantó de los muertos y fue declarado vencedor, “anulando el acta de
los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” (Colosenses 2:14-15).
Esa victoria de CRISTO en la
cruz es también nuestra victoria desde el momento en que lo aceptamos como nuestro SALVADOR. ÉL ocupó nuestro lugar en la cruz, derramó SU sangre y sufrió
terriblemente. Ahora nosotros disfrutamos de esa victoria sin haber sufrido lo
que ÉL sufrió.
CRISTO fue el vencedor;
nosotros “somos
más que vencedores”, como afirma el apóstol Pablo en el pasaje de hoy. El
vencedor es aquel que derrota al enemigo. El vencedor es el que gana la batalla.
Pero cuando tú eres “más que vencedor” no
solamente derrotas al enemigo y ganas la batalla, sino que además disfrutas de
abundancia.
Si tú has aceptado a JESUCRISTO
como TU salvador, aduéñate del título de “más que
vencedor” que el SEÑOR te ha otorgado, y disfruta esa vida “en abundancia”.
Abundante en paz espiritual,
en gozo, en el amor de DIOS, en la seguridad de SU protección, de SU cuidado,
de SU provisión diaria. Camina a través de las pruebas
y las aflicciones con una mentalidad de triunfo, no de derrota. No como una
víctima sino como un vencedor.
Aún en medio del
sufrimiento, confía que algo bueno viene detrás, porque “a los que aman a DIOS, todas las
cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28).
Fíjate bien: “todas las cosas”, no “algunas cosas”. Recuerda que DIOS ha dicho
que “somos” no que “seremos” más que vencedores.
Reflexiona en esta
enseñanza. Créela con todo tu corazón y ahora mismo declara tu victoria, sin
importar las circunstancias que te rodean. Y dale toda la gloria a Aquel que
venció por tí en la cruz del Calvario.
OREMOS: PADRE Santo, gracias por la victoria de JESÚS
en la cruz. Gracias por declarar que TUS hijos son más que
vencedores. Ayúdame
a vivir confiando plenamente en lo que dice Tu Palabra, y a andar hacia delante
con la seguridad de que esa victoria es mía y nada ni nadie podrá
arrebatármela. En el nombre de JESÚS, amén. - MMC
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