Hoy buscaré
a DIOS en lugares improbables.
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esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
SORPRESAS
DE DIOS
El Aposento
Alto
**Leer
Lucas 1:26-38 (DHH)
LUCAS 1:28-29
“El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le
dijo: —¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo. María se sorprendió de
estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo.”
Una semana antes de la Navidad, llegamos al
aeropuerto de Nashville (EE. UU.) para regresar a casa. Junto a mi esposo,
habíamos estado colaborando con el servicio de atención de emergencias tras el
paso de los tornados por la zona. Estábamos exhaustos y con poco tiempo para
prepararnos para celebrar el nacimiento de Jesús.
Al ingresar al aeropuerto, nos cruzamos con un coro
de niños que entonaba villancicos. Lloré, emocionada. En un lugar inesperado, DIOS
nos sorprendió con aquellas armoniosas voces. Ahora sí, mi preparación para la
Navidad había comenzado.
A lo largo del relato de la Navidad, DIOS nos trae
varias sorpresas. María queda sorprendida ante la visita de Gabriel; José, por
la visita del ángel (Mateo 1:18-25). Con
excepción de los sabios, todos se asombraron por el nacimiento de CRISTO en
Belén (Mateo 2:4-5).
DIOS también puede sorprendernos. Si
estamos atentos, podemos encontrar a DIOS en los ojos ansiosos de un niño, o en
la mirada desesperada de quien tiene hambre. Podemos llevar a DIOS a ese vacío
existente en las relaciones quebrantadas, o ante la desolación de las familias
que lloran la partida de un ser querido.
Durante Adviento, miremos más allá de
nuestras ocupaciones para encontrar a DIOS en lugares inesperados.
OREMOS: Maravilloso DIOS, danos ojos para mirar, oídos para
escuchar y mentes para reconocer TU presencia en medio de nuestras vidas
ajetreadas. En el amor de CRISTO, amén.361
Sra. Cherri Baer (Kansas, EE.UU.)
**Leer Lucas 1:26-38 (DHH)
UN ÁNGEL ANUNCIA EL NACIMIENTO DE JESÚS
26 A los seis meses, DIOS mandó al ángel
Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, 27 donde vivía una joven llamada María; era
virgen, pero estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José,
descendiente del rey David. 28 El
ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo: —¡Salve, llena de gracia!
El Señor está contigo.
29 María se sorprendió de estas palabras, y
se preguntaba qué significaría aquel saludo. 30 El ángel le dijo: —María, no tengas
miedo, pues tú gozas del favor de DIOS. 31 Ahora vas a quedar encinta: tendrás un
hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Será
un gran hombre, al que llamarán Hijo del DIOS altísimo, y DIOS el Señor lo hará
Rey, como a su antepasado David, 33 para
que reine por siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin.
34 María preguntó al ángel: —¿Cómo podrá
suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
35 El ángel le contestó: —El Espíritu Santo
vendrá sobre ti, y el poder del DIOS altísimo se posará sobre ti. Por eso, el
niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de DIOS. 36 También tu parienta Isabel va a tener un
hijo, a pesar de que es anciana; la que decían que no podía tener hijos, está
encinta desde hace seis meses. 37 Para
DIOS no hay nada imposible.
38 Entonces María dijo: —Yo soy esclava del
Señor; que DIOS haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel se fue.
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