«Somos hechura [de DIOS], creados en Cristo Jesús» (Efesios 2:10)
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Bendiciones
Enio
Meditación Diaria
DISCIPLINA
**Leer
Hebreos 12:4-11
HEBREOS 12:5b-6 “Hijo mío, no tomes a la ligera
la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor
disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.”
HEBREOS 12: 11: “Ciertamente, ninguna
disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa;
sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes
han
sido entrenados por ella.”
Un diamante magnífico fue extraído de las
profundidades de una mina. Al ser presentada al Rey, la magnífica gema fue
confiada a un gemólogo. Luego de ser cuidadosamente estudiada, la piedra
preciosa fue ligeramente cortada en facetas. Seguidamente el experto puso el
cincel en la parte posterior de la piedra, contuvo el aliento, y lo golpeó con
el martillo. Después que tanto el cortador como la audiencia volvieran a
respirar, vieron que el diamante había sido quebrado en dos partes.
Unos podrían decir que el diamante había sido
arruinado por el cortador que se hacía llamar el “experto”. Pero quienes lo
vieron trabajar el diamante, y que conocían un poco más sobre el tema, sabían
que no era así. Éllos comprendían que el gemólogo había hecho todo lo necesario
para asegurarse de que el diamante mantuviera su máximo valor.
Éso es lo que el SEÑOR hace con nosotros. Tal
vez alguna vez en nuestra vida, hemos sentido como que el SEÑOR ha puesto sobre
nuestros hombros mucho más de lo que podemos llevar, y hemos pensado que el
SEÑOR estaba siendo impredecible e injusto.
¿Te has puesto a contemplar alguna vez la
posibilidad de que las dificultades que tienes podrían ser parte de la
disciplina de DIOS?
¿El dinero no te alcanza? ¿Tienes una
enfermedad incurable?
¿Tus hijos se han apartado del SEÑOR?
¿Hay
frustraciones en tu vida que no puedes solucionar? etc., etc.
DIOS utiliza cosas comunes en nuestras vidas
para corregirnos y moldearnos en los instrumentos que ÉL quiere que seamos. En
cada situación de nuestras vidas debemos reconocer la mano de DIOS.
En primer lugar, usa circunstancias para
hacernos caer de rodillas y acudir a ÉL. Luego, en SU gracia, sigue utilizando
los sucesos de nuestra vida para transformarnos en personas más semejantes a
CRISTO, «conformes
a la imagen de su Hijo» (Romanos 8:29).
Cuando DIOS obra en nuestra vida permitiendo
ciertas circunstancias difíciles con el fin de corregirnos y nosotros no
reconocemos SU “mano” de disciplina, estamos
tomando a la ligera la disciplina del SEÑOR.
Es interesante que la palabra disciplina no
sólo tiene la idea de disciplinar por desobediencia sino que también se refiere
a la preparación y disciplina de un atleta. Un atleta tiene que
“disciplinarse”, manteniendo una dieta estricta, sacrificando ciertos placeres,
siguiendo una vida muy limitada para poder sobresalir y ser mejor que los
demás.
DIOS muchas veces permite que tengamos
dificultades, pruebas, dolor y tristezas para que seamos mejores instrumentos
en sus manos. Tanto la corrección por nuestra desobediencia como las
dificultades para nuestra madurez y crecimiento espiritual resultan ser la
disciplina del SEÑOR.
¿Tu vida ha dado un vuelco inesperado? Recuerda
que, en las manos de nuestro CREADOR y REDENTOR, «somos hechura [de DIOS], creados en Cristo
Jesús» (Efesios 2:10). El SEÑOR
puede utilizar las idas y venidas de nuestra vida para hacernos cada vez más
parecidos a SU HIJO.
OREMOS: PADRE Celestial, perdóname por las
muchas veces que te he juzgado por las cosas que TÚ haces en mi vida.
Especialmente cuando no comprendo TUS caminos. Concédeme la sabiduría y la fe
necesarias para decir: "que se haga TU voluntad".
En el nombre de TU HIJO, mi Señor JESÚS, amén.
**Leer Hebreos 12:4-11
4 En la lucha que ustedes libran contra el
pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.
5 Y ya han olvidado por completo las palabras de
aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes a la ligera la
disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, 6 porque el
Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.»
7 Lo que soportan es para su disciplina, pues
DIOS los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no
disciplina?
8 Si a ustedes se les deja sin la disciplina que
todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos.
9 Después de todo, aunque nuestros padres
humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor
razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos?
10 En efecto, nuestros padres nos disciplinaban
por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero DIOS lo hace para nuestro
bien, a fin de que participemos de su santidad.
11 Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento
de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después
produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por
ella.
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