Aún en la
incertidumbre, puedo descansar en la presencia de DIOS.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
HALLAR
DESCANSO
El Aposento
Alto
**Leer 2a Samuel 15:13-26 (NVI)
SALMO 3:5 “Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar,
porque el Señor me sostiene.” (NVI)
porque el Señor me sostiene.” (NVI)
Caminando por la playa, mi esposa y yo hallamos una
enorme tortuga verde descansando en la orilla. Permanecía inmóvil en la arena y
abría los ojos solo cuando alguien se le acercaba. Me pregunté por qué estaría
allí y qué estaba haciendo. Cuando visitamos el observatorio marino local, el
personal me explicó que las tortugas verdes descansan en la orilla cuando están
a salvo.
La lectura de 2a de Samuel 15(**)
detalla la huida de David de Jerusalén, quien no sabía lo que le deparaba el
futuro. Sin embargo, no dejó que el temor ni la ansiedad lo vencieran. Se
contentaba con dejar el futuro en manos del Señor, un DIOS que conoce y
distingue el fin del principio. Al igual como la
tortuga descansa en la orilla, David fue capaz de descansar porque sabía del
cuidado y protección de DIOS.
Cuando el futuro se presenta incierto y
nos abruman el miedo y la angustia, nosotros también podemos reposar tranquilos
en la seguridad de que DIOS nos cuida.
OREMOS: DIOS todopoderoso, ayúdanos a confiar en TU gracia
y misericordia. Gracias por amarnos y cuidarnos cuando el futuro se presenta
incierto. En el amor de CRISTO, amén.
Sr. Awlwyn Balnave (Columbia Británica, Canadá)
**Leer 2a Samuel
15:13-26 (NVI)
Un mensajero le llevó a David esta noticia:
«Todos los israelitas se han puesto de parte de Absalón».
14 Entonces David les dijo a todos los oficiales que estaban con él en
Jerusalén: —¡Vámonos de aquí! Tenemos que huir, pues de otro modo no podremos
escapar de Absalón. Démonos prisa, no sea que él se nos adelante. Si nos
alcanza, nos traerá la ruina y pasará a toda la gente a filo de espada.
15 —Como diga Su Majestad —respondieron los oficiales—; nosotros
estamos para servirle.
16 De inmediato partió el rey acompañado de toda la corte, con
excepción de diez concubinas que dejó para cuidar el palacio. 17 Habiendo salido del palacio con todo su séquito, se detuvo junto a
la casa más lejana de la ciudad. 18 Todos sus oficiales se pusieron a su lado.
Entonces los quereteos y los peleteos, y seiscientos guititas que lo habían
seguido desde Gat, desfilaron ante el rey.
19 El rey se dirigió a Itay el guitita: —¿Y tú por qué vienes con
nosotros? Regresa y quédate con el rey Absalón, ya que eres extranjero y has
sido desterrado de tu propio país. 20 ¿Cómo voy a dejar que nos acompañes, si acabas
de llegar y ni yo mismo sé a dónde vamos? Regresa y llévate a tus paisanos. ¡Y
que el amor y la fidelidad de DIOS te acompañen!
21 Pero Itay le respondió al rey: —¡Tan cierto como que el Señor y Su Majestad viven, juro que, para vida o para
muerte, iré adondequiera que usted vaya!
22 —Está bien —contestó el rey—, ven con nosotros.
Así que Itay el guitita marchó con todos los hombres
de David y con las familias que lo acompañaban. 23 Todo el pueblo lloraba a gritos mientras David
pasaba con su gente y, cuando el rey cruzó el arroyo de Cedrón, toda la gente
comenzó la marcha hacia el desierto.
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