viernes, marzo 27, 2015

EL PROBLEMA DE LOS EXÁMENES

Crecer en conocimientos, sabiduría y fe.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria  
EL PROBLEMA DE LOS EXÁMENES
SANTIAGO 1: 2 “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,  pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia.  Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.”
SANTIAGO 1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que DIOS ha prometido a los que le aman.”
Hay a un profesor que es temido por sus exámenes difíciles. Algunos estudiantes evitan tomar sus clases a toda costa. Cuando el da un examen, sus estudiantes ruegan a los otros profesores que no programen proyectos o exámenes durante esa semana. Se ha sabido de estudiantes que han salido de los exámenes de este profesor sollozando o que han tirado sus lapiceros y abandonado el salón de clases luego de dos o tres minutos.
Bueno, no es que el profesor elija dar exámenes difíciles sólo por ser malvado. El prepara exámenes difíciles y minuciosos para que sus estudiantes hagan lo que vinieron a hacer a la universidad: ¡aprender!  Los está ayudando a prepararse para sus carreras. Cuando los estudiantes del profesor que da exámenes difíciles regresan años más tarde, a menudo se les escucha hacer comentarios como éstos: «Aprendí más de el que de cualquier otro profesor.» «El me preparó para los rigores de la escuela de postgrado.» «Realmente aprendí a estudiar en sus clases.»
De hecho, los exámenes son buenos para nosotros, desde calificar para una licencia de conducir hasta graduarse en la escuela de medicina, como  or ejemplo. Si alguien va a operarme algún día ¡quiero que él o élla tengan las mejores credenciales! Además, si no tuviéramos exámenes, ¿qué tanto estudiaríamos?
Santiago habló de actitudes hacia los exámenes (él los llamó pruebas en *Santiago 1:12-18)). No debemos quejarnos de las pruebas que vienen a nuestra vida. No debemos culpar a DIOS si la situación se pone difícil. Eso sería como culpar a un profesor porque reprobaste un examen por el que nunca te molestaste en estudiar.
El Señor utiliza las dificultades para lograr algo bueno en nuestras vidas. DIOS nos prueba para revelarnos nuestro carácter; también nos prueba para que crezcamos en conocimiento, sabiduría y fe. A través de esas situaciones y de las tentaciones identificamos nuestras debilidades y trabajamos para ser fuertes. Al recordar las pruebas desde la perspectiva de DIOS, podemos tener una mejor comprensión de éllas ya que nos ayudará a reaccionar sabiamente en el futuro pues confiaremos en que:
  • DIOS controla la duración y la intensidad de mi prueba;
  • ÉL tiene un propósito específico al permitirla;
  • Puede producir algo en mí que me está faltando actualmente;
  • Con una actitud de gozo, seré bendecido por medio de la adversidad;
  • ÉL está conmigo en cada paso del camino; y,
  • Gracias al poder del Espíritu Santo, saldré triunfante de esta prueba.
Las pruebas nunca son fáciles, pero al mirar atrás podemos decir: «Soportar esa prueba fue algo valioso para mí. He sido bendecido a través de ella».
ORACIÓN: Padre Celestial, gracias te doy por la vida y las bendiciones que recibo. Gracias Señor por las pruebas que me mandas. Sé que me van a ayudar tanto física como espiritualmente a ser mejor cada día. Te lo agradezco en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén.
LECTURA BÍBLICA: (*)Santiago 1:12-18
12 Dichoso el hombre que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a los que lo aman. 13 Cuando alguno se sienta tentado a hacer lo malo, no piense que es tentado por Dios, porque Dios ni siente la tentación de hacer lo malo, ni tienta a nadie para que lo haga. 14 Al contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen.15 De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte.
16 Queridos hermanos míos, no se engañen: 17 todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en él no hay variaciones ni oscurecimientos. 18 Él, porque así lo quiso, nos dio vida mediante el mensaje de la verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación.


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