Tiempo al tiempo…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ESPERAR
PACIENTEMENTE
PROVERBIOS 13:12 "La
esperanza que se demora es tormento del corazón; pero árbol de vida es el deseo
cumplido."
La
palabra “demora” nos afecta a todos negativamente. Cuando estamos esperando
algo y tarda en llegar nos sentimos mal, nos impacientamos y hasta nos molestamos.
Enfrentar
demoras nos hace sentir muchas veces hasta frustrados, especialmente cuando
nosotros no podemos hacer nada para solucionar la tardanza.
Esto
se aplica también al aspecto espiritual, pues cuando oramos al Señor pidiendo
la solución a un problema o algo que necesitamos “urgentemente”, y la respuesta
tarda en llegar, nos desesperamos y muchas veces nos quejamos por la
"lentitud" con que DIOS está actuando.
De
lo que no nos damos cuenta es que a través del tiempo hemos formado enredos en
nuestras vidas o hemos levantado grandes paredes a nuestro alrededor. Ha tomado
años de actuar por nuestra propia cuenta y de tomar nuestras propias decisiones
el levantar esas murallas. Entonces aceptamos a Cristo como nuestro Salvador y
pretendemos que DIOS, inmediatamente, desenrede los enredos y destruya esas
murallas de alrededor nuestro.
Pero
no es esta la manera en la que el Señor actúa. DIOS pudo destruir las murallas
de Jericó en un segundo, si hubiese querido, pero decidió hacerlo en siete
días, después que el pueblo de Israel, obedientemente siguió sus instrucciones
de darle una vuelta a la ciudad cada día y el séptimo día darle siete vueltas y
después tocar las trompetas. Entonces las murallas cayeron y el pueblo de
Israel tomó posesión de Jericó sin disparar una sola flecha.
¿Qué
hubiera sucedido si Josué se impacienta y decide llevar a cabo el quinto día
las instrucciones del séptimo día? Ciertamente no sabemos qué hubiera sucedido,
sin embargo sí podemos saber lo que no hubiera sucedido.
Muchas
de las respuestas a nuestras oraciones se ven demoradas o no llegan nunca,
simplemente porque nos impacientamos y no perseveramos en la oración, y
decidimos actuar por nuestra propia cuenta. Creemos que ya ha pasado
“demasiado” tiempo y no recordamos que “para el Señor un día es como mil años y mil años como un
día.” (2ª Pedro 3:8). Entender
esta diferencia entre nosotros y DIOS puede evitarnos muchos afanes y
sufrimientos en nuestras vidas.
¿Te
parece que llevas mucho tiempo esperando la respuesta a tus oraciones? ¿La
impaciencia está llenando tu corazón y estás a punto de actuar de acuerdo a lo
que tú crees es razonable? ¡¡No lo hagas!! Sigue orando y esperando el tiempo
del Señor.
El
rey David también actuó impulsivamente en muchas ocasiones, y esto trajo a su
vida amargas consecuencias. Sin embargo, siendo un anciano, lleno de
experiencia, habiendo llegado a conocer a DIOS profundamente, David escribió el
Salmo 37. En el versículo 7 dice: “Guarda silencio ante el Señor, y espera en El con
paciencia…. ”
Sigue
el consejo de estos hombres de DIOS, los cuales llegaron a conocer en lo más
profundo de sus almas el secreto del triunfo. Si te parece que DIOS está
“tardando demasiado”, piensa que El está preparándolo todo para darte cosas tan
preciosas que ni siquiera puedes imaginar.
Sí,
pero ¿cuándo?... En su tiempo. Ni un día antes ni un día después.
Espera
humildemente bajo la protección y el cuidado de DIOS, y su respuesta llegará en
el momento preciso, cuando sea Su tiempo.
ORACIÓN: Padre Santo, te ruego que me des discernimiento para
conocer Tu voluntad y entender cuándo es el momento perfecto para que yo actúe
conforme a Tus planes para mi vida. Y, por favor, dame paciencia para esperar
en Ti, y no apresurarme a actuar o tomar decisiones por mi propia cuenta. En el
nombre de Jesús, Amén.
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