jueves, enero 20, 2011

UNA FE QUE MERECE SER HEREDADA

¡He heredado!
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Bendiciones,
Enio

Meditaciones Diarias
UNA FE QUE MERECE SER HEREDADA
2ª TIMOTEO 1.3-7 “Al recordarte de día y de noche en mis oraciones, siempre doy gracias a DIOS, a quien sirvo con una conciencia limpia como lo hicieron mis antepasados. Y al acordarme de tus lágrimas, anhelo verte para llenarme de alegría. Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido. Por eso te recomiendo que avives la llama del don de DIOS que recibiste cuando te impuse las manos. Pues DIOS no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.”

La palabra "heredar" puede hacernos pensar en bienes y dinero, o incluso en rasgos genéticos y de personalidad. Pero la Biblia habla de algo más que puede transmitirse a la próxima generación; es lo más precioso que tenemos: nuestra fe.
Pablo le escribe a Timoteo acerca de la fe que merece ser transmitida, es decir, la fe basada en la verdad de la Palabra de DIOS. Es la convicción de que DIOS es quien dice ser, y que hará todo lo que dice que hará. Le dice que la fe sincera de Timoteo no surgió de la nada, sino que era evidente en su historia familiar.
Hay muchas maneras de transmitir una rica herencia de fe a la futura generación:
1. Compartiendo los preceptos de la Biblia. A los niños se les debe enseñar la actitud correcta en cuanto al dinero (Salmos 24.1), cómo suplir las necesidades (Filipenses 4.19), y hallar dirección para la vida (Proverbios 3.5, 6).
2. Siendo modelos de un estilo de vida. La manera como vivimos —con transparencia, paz, perseverancia, o con temores, dudas y frustraciones— envía un mensaje muy claro en cuanto a si se puede confiar en DIOS.
3. Sirviendo a DIOS con el servicio a los demás. Si ponemos en práctica nuestra fe, mostramos que es real (Santiago 2.26).
4. Orando y alabando. Los hijos no olvidarán las veces que nos escucharon mencionar sus nombres en oración. Y cuando los elogiamos por confiar en el Señor, serán motivados a hacerlo otra vez.
Los padres deben transmitir su fe de manera intencional a sus hijos. Y aun quienes no tengan, gozan de la oportunidad de dejar esta herencia divina a la siguiente generación de creyentes. Pablo formó a nuevos cristianos, como lo haría un padre con sus hijos, y nos exhorta a imitarlo (1ª Corintios 4.14-16).
ORACIÓN: Padre Eterno, hoy me acerco a Ti para agradecerte por las enseñanzas recibida de mis padres que me permitió conocerte, comprenderte, amarte y cumplir tus mandamientos, tratando de alegrarte con cada uno de mis actos. Permíteme transmitir lo aprendido a mis seres queridos, para bendición de mi hogar y de los que me rodean. Gracias Señor, en el nombre de Cristo, amén.

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