sábado, septiembre 13, 2008

CUANDO SIENTAS QUE YA NO HAY SOLUCION...

Cuando sientas que ya no hay solución…
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Bendiciones,
Enio


¿CIRCUNSTANCIAS FUERA DE CONTROL?
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Romanos 8:26-30 26De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo.
La obra salvadora de Dios
28 Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. 29 A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. 30 Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó, los hizo justos; y a los que hizo justos, les dio parte en su gloria.
Son numerosas las situaciones en las que nos vemos abrumados y agobiados por sentimientos de desesperación y desaliento. Nos encontramos acosados por circunstancias que sentimos que están más allá de nuestro control. En nuestra debilidad y desánimo nos volvemos tan inquietos y temerosos, que hasta nos olvidamos de las promesas de Dios. Clamamos a Él por ayuda y nos aferramos a la esperanza de que el Señor cambiará esos momentos tan difíciles y de desesperanza extrema. Pero aun en nuestro clamor y súplicas, casi no sabemos qué pedir, porque nuestra visión es muy limitada.

En momentos así, es un gran consuelo recordar que tenemos un Guía, un Gobernador, un Cuidador que ve lo que realmente necesitamos. Su oportuna intervención es, más interna que externa. Es decir, mientras que nosotros queremos un cambio de circunstancias, Él quiere cambiarnos a nosotros. En nuestra debilidad, clamamos por alivio, mientras que el Espíritu Santo está sometiendo nuestro clamor a la voluntad del Señor. Como nuestro abogado, el Espíritu está dedicado a interceder ante el Padre a nuestro favor, y Sus peticiones son siempre oídas, porque cuadran perfectamente con el gran propósito de Dios para nuestras vidas.

Por eso el apóstol Pablo estaba tan seguro de que todas las cosas ayudaban a bien a los que aman a Dios. Él dijo: "sabemos". El no dijo: "esperamos". Hablaba con mucha seguridad. Además, esta certeza habla de "todas las cosas", no de algunas cosas. ¡Qué gran confianza, entonces, debemos tener todos!
Nuestro Padre celestial, el Dios soberano de este universo, ejerce un perfecto control de todas las situaciones de nuestra vida.

ORACIÓN:
Gracias Padre celestial porque cuando recurrimos a Ti, Tu siempre estas a nuestro lado para cambiar nuestra situación para bien, según Tu voluntad. Gracias Señor. En el nombre de Cristo, amén.

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