LA ÚNICA MANERA DE AGRADAR A DIOS: OBEDECER

La única manera de agradar a DIOS...

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Bendiciones,

Enio

Meditación Diaria

LA ÚNICA MANERA DE AGRADAR A DIOS: OBEDECER

1ª SAMUEL 15:22 "Entonces Samuel dijo: "Más le agrada al Señor que se le obedezca, y no que se le ofrezcan sacrificios y holocaustos;... "

Cuando pensamos en la palabra “sacrificio”, generalmente la asociamos con ciertos ritos religiosos de la antigüedad donde se ofrecían, sobre un altar, animales o personas para agradar a sus dioses.

¿Sabías tú que existe una forma “moderna” de sacrificio, que muchos la han tomado como un estilo de vida?  Es aquella que, como un acto personal, intenta demostrarle a DIOS, para convencerlo, de que somos personas “buenas” y piadosas.

Cuando tenemos semejante actitud, nuestra relación con DIOS sólo es una cuestión de formalismo y ritos, donde pensamos que “con sólo ir un rato el domingo a la iglesia ya está todo bien con DIOS”, pero al salir seguimos haciendo lo que queremos y lo que se nos da la gana.  ¡Ésta puede ser la forma de vida de un religioso, pero no la de un verdadero cristiano!

Aquél que ha tenido un verdadero encuentro con Cristo (que es más, mucho más, que una experiencia religiosa), vive cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada mes, y todos los años de su vida, con el deseo de agradar a DIOS sobre todas las cosas.

La única manera de agradar a DIOS es obedeciéndole.  No existe otra manera.  A DIOS no lo convencen nuestros sacrificios o esfuerzos, sino que ÉL se conmueve y bendice cuando ve la obediencia de Su pueblo.

Quizás tú hayas vivido hasta este día de “sacrificio en sacrificio”, pretendiendo agradar al Señor de esa manera.  Te invito a hacer un alto, para dejar ese tipo de sacrificio, y entrar en el camino deleitoso de la obediencia. ¡Tu vida cristiana será bendecida y renovada como jamás lo imaginaste!

ORACIÓN: Padre Celestial. Dame un corazón puro y limpio, Señor, para obedecerte en todo momento.  Guárdame de los sacrificios hipócritas exteriores que pueden engañar a los que me rodean pero no a Tí, pues Tú ves la intención del corazón.  Por Cristo Jesús, amén.