La vida tiene sentido.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
SU ÚLTIMO MENSAJE
SALMOS 38:21-22 “Señor, no me abandones; DIOS mío, no te alejes de mí. Señor de mi
salvación, ¡ven pronto en mi ayuda!”
—Estoy
sumamente deprimido —dijo Ricardo Leiva a sus compañeros de trabajo—. Estoy tan deprimido que ni siquiera siento
dolor.- Y puso el brazo sobre la llama abierta de una cocina de gas. Al
mediodía pidió permiso en el trabajo para ir a su casa. Como no regresó en la
tarde, el jefe lo llamó por teléfono.
—“Este
es Ricardo Leiva”— contestó una voz doliente y apagada. Pero era una
grabadora. —“He decidido acabar con mi
vida”— siguió diciendo el mensaje grabado—. —“La vida me ha consumido. He tomado catorce pastillas en los últimos
cuarenta minutos. Si eso falla, usaré mi pistola 45—.” Cuando la policía
abrió la puerta de su casa, Ricardo estaba muerto. Pero su teléfono seguía
contestando: —"Este es Ricardo
Leiva..."—
He aquí otro caso que se suma a lo que
ha llegado a ser una interminable lista de suicidas. Ricardo Leiva era un
ingeniero electrónico que llevaba cinco años trabajando en la misma empresa.
Vivía bien. Tenía pocos amigos, es cierto, pero en su trabajo se llevaba bien
con todos. De pronto entró en una profunda depresión, y no encontró más recurso
que catorce pastillas somníferas y el tiro de una pistola.
¿Qué lo llevó a esa extrema resolución?
Conjeturas hay muchas, pero hay una sola causa básica, que siempre es la misma:
no encuentran sentido a su vida. Cuando pensamos sólo en términos humanos, la
vida nos parece confusa e incoherente. Pero cuando levantamos la vista y
contemplamos el cuadro mayor de la existencia — nuestro DIOS, nuestra familia y
nuestros valores—, comenzamos a ver en la vida un propósito.
Cuando reconocemos que DIOS nos tiene
aquí con un propósito definido, nos damos cuenta de que la vida sí tiene
sentido. Es DIOS quien le da a nuestra vida sentido. ÉL es quien nos ayuda a
aceptar todo lo incomprensible de nuestra vida. Cristo nos da nuestra razón de
ser. ÉL da sentido en medio de la locura. Busquemos en ÉL, el por qué de
nuestra existencia. No nos permitamos, por nada en la vida, ser presa de esa
gran mentira: «La vida no tiene sentido».
Porque Cristo quiere darle sentido a nuestra vida. ÉL quiere darle belleza a
nuestro existir.
Todo el que está siendo invadido por
alguna depresión y por la tentación de quitarse la vida, debe de saber que hay
un DIOS que lo ama profundamente. ÉL lo trajo a este mundo para vida, no para
muerte. La fe viva en Cristo, en Su omnipotencia, en su amor, te traerá la paz
que disipará esa depresión. Apártate ahora mismo en algún lugar donde puedas
estar solo, y en la forma más sencilla posible, dile a DIOS: «Te necesito, Señor. Te imploro me ayudes en
mi debilidad. Yo me someto a Tu voluntad; entra a mi corazón y dame Tu paz.»
Si hablamos así con DIOS, ÉL
corresponderá a nuestro clamor. Házlo ahora mismo; no esperes. Pide con fe y
seguridad al Creador de todo lo que existe. ÉL vendrá en tu auxilio, y la
depresión se alejará de tí.
ORACIÓN:
Padre Celestial. Gracias por la vida que me das y porque tiene un propósito que
cumplir. Ayúdame a hacerlo Señor. No permitas que caiga en la depresión y desee
quitarme la vida. En Tus manos entrego mi vida. Gracias Señor. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
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