Podemos descansar en paz y plena confianza.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
PENSAMIENTOS ROBADOS
SALMOS
13:1 “¿Hasta cuándo, Señor, me seguirás olvidando? ¿Hasta cuándo esconderás
de mí tu rostro?”
Cuando mi esposa y yo viajábamos por
otro lugar, alguien robó en el automóvil mientras estábamos almorzando. Con una
sola mirada al vidrio roto, nos dimos cuenta de que habíamos olvidado esconder
nuestro GPS. Al revisar rápidamente el asiento trasero, llegué a la conclusión
de que el ladrón también se había llevado mi computadora portátil, el pasaporte
y la chequera.
Después, llegó la sorpresa. Esa misma
noche, después de llamadas telefónicas y horas de creciente preocupación,
sucedió lo inesperado. Cuando abrí las maletas, metido entre mi ropa estaba lo
que pensé que había perdido. ¡No podía creer lo que veía! Recién entonces
recordé que nunca había puesto esas cosas en el asiento trasero. Las había
guardado en una de las maletas, la cual estaba guardada en el baúl del auto.
A veces, en la emoción del momento,
nuestra mente nos juega una mala pasada. Pensamos que la pérdida es mayor de lo
que es en realidad. Tal vez nos sentimos como David, el salmista, el cual, en
su confusión, pensaba que DIOS se había olvidado de el. Más tarde, cuando
recordó lo que sabía en lugar de lo que temía, su sensación de pérdida se tornó
en un cántico de alabanza (Salmos 13:5-6).
Su gozo renovado anticipaba lo que
ahora nosotros debemos recordar: Nada puede robarnos lo más importante si
nuestra vida está «escondida con Cristo en DIOS» (Colosenses 3:3). Como hijos de DIOS, nuestra relación
eterna con DIOS está segura. Hemos sido adoptados como sus hijos, y nada puede
quitarnos esta posición. Es más, tenemos la seguridad de un hogar eterno con EL.
Aunque es posible que a veces nos
sintamos inquietos, podemos alegrarnos cuando las pruebas nos llevan
humildemente a la cruz de Jesús; allí encontraremos paz y seguridad verdaderas.
¡Qué seguridad tan grande tenemos como
hijos de DIOS! Podemos descansar en paz y plena confianza, sabiendo que
nuestros corazones están seguros en Jesucristo.
ORACIÓN:
Contigo Señor estoy seguro porque Tu me proteges y bendices. Gracias Señor. En
el nombre de Cristo, amén.
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