Cuando lees la Biblia, ¿cómo se abren tu mente y tu corazón a DIOS y sus
caminos?
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
RECOMPENSA MARAVILLOSA
Nuestro Pan Diario
**Leer Salmo 119:17-24
SALMO 119:18 “Abre mis ojos y miraré las maravillas
de tu Ley”
Daniela, una
maestra, siempre había sido lectora, pero un día, la lectura le dio
literalmente un premio. Estaba planeando un viaje y revisaba su larga póliza de
seguro de viaje, cuando en la página 7, descubrió una recompensa maravillosa.
Como parte de un concurso «Leer paga», la
compañía estaba dando 10.000 dólares a la primera persona que leyera hasta ese
punto del contrato. También donaron miles de dólares a escuelas de la región de
Daniela, para la alfabetización de niños. Élla dice: «Siempre
he sido así de rara respecto a leer contratos. ¡Fui la más sorprendida de
todos!».
El salmista
quería que sus ojos se abrieran para mirar «las maravillas» de DIOS (Salmo 119:18).
Probablemente, entendía que DIOS quería que lo conocieran, y por éso anhelaba
estar más cerca de ÉL. Deseaba ver más Quién es DIOS, lo que ÉL ya había dado y
cómo seguirlo más de cerca (vv. 24, 98). Escribió: «¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día
es ella mi meditación» (v. 97).
Nosotros
también tenemos el privilegio de reflexionar sobre DIOS, Su carácter y SUS
provisiones; aprender de ÉL y acercarnos más. DIOS anhela instruirnos, guiarnos
y revelarnos Quién es. Cuando lo buscamos, ¡nos recompensa con un mayor asombro
ante SU Persona y con el gozo de SU presencia!
OREMOS: DIOS, cuánto amo TU Palabra. Es dulce a mi
paladar; más dulce que la miel para mi boca.
En el amor de CRISTO, amén.
**Leer Salmo 119:17-24
Guímel
17 Haz bien a tu siervo; que viva y guarde
tu palabra. 18 Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley. 19 Forastero
soy yo en la tierra; no encubras de mí tus mandamientos. 20 Quebrantada está mi alma
de desear tus juicios en todo tiempo. 21 Reprendiste a los soberbios, los malditos, que se
desvían de tus mandamientos. 22 Aparta
de mí la deshonra y el menosprecio, porque he guardado tus testimonios. 23 Príncipes también se
sentaron y hablaron contra mí; mas tu siervo meditaba en tus estatutos, 24 pues tus testimonios son
mis delicias y mis consejeros.
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